Karol Wojtyla fue destinado a la parroquia de San Florián
de Cracovia El 17 de marzo de
1949 . San Florian es una parroquia situada en la parte
vieja de la ciudad de Cracovia, a solo 5 minutos del centro mismo de la ciudad,
solo un poco más alla del histórico portón Florianska.
En 1949 la parroquia de
San Florian era una de las más activas de la ciudad con un fuerte impulso
intelectual. Wojtyla llego a San Florian en un momento en que las presiones del gobierno comunista iban en
aumento y se habia fundado el movimiento “Pax” mediante el cual las autoridades
intentaban crear, dentro de la Iglesia católica, un bloque de opiniones pseudos
católicas que respondieran al régimen. (Una estrategia seguida entonces en
todos los paises bajo el regimen comunista). Ante las fuertes presiones del
régimen por promover un ateismo militante y tratando de imponerlo dentro y
fuera de la universidad, Karol Wojtyla inició su propia campaña, introduciendo
toda una serie de innovaciones en diversos terrenos: intelectual, litúrgico,
cultural y pastoral en la parroquia.
Juan Pablo II dice en su libro Don y Misterio “En efecto, después de un año fui destinado
a la parroquia de San Florián de Cracovia. El párroco, Mons. Tadeusz Kurowski,
me encargó la catequesis en los cursos superiores del instituto y la acción
pastoral entre los estudiantes universitarios. La pastoral universitaria de
Cracovia tenía entonces su centro en la iglesia de Santa Ana, pero con el
desarrollo de nuevas facultades se sintió la necesidad de crear una nueva sede
precisamente en la parroquia de San Florián. Comencé allí las conferencias para
la juventud universitaria; las tenía todos los jueves y trataban de los
problemas fundamentales sobre la existencia de Dios y la espiritualidad del
alma humana, temas de particular impacto en el contexto del ateísmo militante,
propio del régimen comunista. Durante las vacaciones de 1951, después de dos
años de trabajo en la parroquia de San Florián, el Arzobispo Eugeniusz Baziak,
que había sucedido en el gobierno de la Archidiócesis de Cracovia al Cardenal Sapieha,
me orientó hacia la labor científica. Debí prepararme para la habilitación a la
enseñanza pública de la ética y de la teología moral. Esto supuso una reducción
del trabajo pastoral, tan querido por mí. Me costó, pero desde entonces me
preocupé de que la dedicación al estudio científico de la teología y de la
filosofía no me indujera a "olvidarme'' de ser sacerdote; más bien debía
ayudarme a serlo cada vez más.
El Cardenal Camillo Ruini comenta en “Alla Sequela di Cristo(Cantagalli, Siena, Feb 2007) refiriéndose al trabajo de Wojtyla entre la juventud en San Florián que “no obstante los obstáculos interpuestos por las autoridades del régimen comunista, da prueba de una extraordinaria capacidad educativa y creatividad pastoral y cultural: sabe interpretar las inquietudes del corazón de los jóvenes y entrar en profunda sintonía con ellos, iniciándolos al mismo tiempo en la verdad, la belleza y el compromiso de la persona, de la cruz y de la resurrección del Señor Jesús. Comienza así, ya entonces, a ejercitar esa maravillosa fascinación que nos hará conocer de Pontífice a través de Jornadas Mundiales de la Juventud.
Gianfranco Svidercoschi en su libro Historia de Karol (Ediciones Universitarias Madrid, 2003) nos cuenta que cuando a Karol Wojtyla le llegó la orden que debía dejar la parroquia de San Florian el intentó resistirse. No quería abandonar la parroquia de San Florian, ni a los grupos que dirigía desde hacia tiempo, los jóvenes, los universitarios, las parejas. Pero finalmente, tras conseguir que le dejaran seguir con aquellos contactos pastorales, aceptó, aunque muy a su pesar.
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