Obispo en Cracovia
y Padre conciliar en el Vaticano II
Nada menos que en
medio de las vacaciones estivales con los jóvenes, el 4 de julio de 1958, el
padre Karol se entera por medio del Cardenal Primado de Polonia Stefan
Wyszynski que el Papa Pio XII lo había nombrado Obispo auxiliar de Cracovia, a
la edad de tan solo 38 años. Fue consagrado por el Arzobispo Eugeniusz Baziak
en la Catedral de Wawel, el 28 de septiembre, fiesta de San Venceslao, Patrono
de la Catedral. En el libro Levantaos, Vamos Juan Pablo II describe
ampliamente este acontecimiento y el espíritu con el cual lo vivió. La noche
anterior a la ordenación peregrinó al Santuario de Czestochowa, junto a sus
amigos mas íntimos, y a la mañana siguiente celebró la Santa Misa allí frente
al Icono de la Virgen Negra.
Después de la muerte del Arzobispo Baziak,
el 16 de julio de 1962 monseñor Wojtyla es nombrado Vicario Metropolitano de la
Archidiócesis de Cracovia. Después de un año y medio, el 14 de enero de 1964
Pablo VI lo promueve a Arzobispo metropolitano y el 8 de marzo toma solemne
posesión de la diócesis. Eran los años
en que Monseñor Wojtyla participaba intensamente del Concilio Vaticano II,
brindando también una extraordinaria colaboración especialmente en la
elaboración de la Constitución Gaudium etSpes, además de la Declaración sobre la libertad
religiosa Dignitatis Humanae. Y también en la Constitucion Lumen Gentium y en el Decreto del apostolado de loslaicos.
La experiencia del Concilio resulto ser decisiva
para el Episcopado de Cracovia y para el sucesivo pontificado de Karol Wojtyla,
completando armoniosamente su formación y experiencia precedente: quedo para el
grabada para siempre la convicción que el Vaticano II fue “el evento clave de
nuestra época”.
Precisamente para poner en práctica lo reflexionado
en el Concilio y para hacer revivir la experiencia en toda la Arquidiócesis, el
Arzobispo Wojtyla, mientras tanto creado Cardenal por el Papa PabloVI en el
Consistorio del 26 dejunio de 1967, convoca el Sínodo de Cracovia el 8 de mayo
de 1972 después de un año de intensos preparativos: fue un Sínodo fascinante y
multitudinario con una duración de siete
años y cuya clausura fue celebrada por Juan Pablo II, ya pontífice, en su
visita del 18 de junio de 1979, en el noveno centenario de San Estanislao.
Stanislaw también es el nombre de su fiel secretario, monseñor Dziwisz, que ha
compartido su vida durante treinta y nueve años y luego le sucedió en la
Catedral de Cracovia, después del Cardenal Franciszek Macharski, quien también fuera
amigo de siempre y precioso colaborador de Juan Pablo II.
Si se me permite realizar una síntesis de los
veinte años durante los cuales Karol Wojtyla fue Obispo de Cracovia, diría que,
basado en una total confianza en aquella Divina Misericordia de la cual siempre
fue devoto, en particular a través del encuentro con la experiencia mística de
Sor Faustina Kowalska, por el proclamada beata el 18 de abril de 1993 y Santa
el 30 de abril de 2000, el siempre supo sintetizar su fuerza intelectual y su
genio artístico con aquel amor apasionado por Cristo, por la Iglesia y por los
hombres que el Espíritu Santo había infundido en el. Asi fue que pudo ser un Pastor capaz de
comprender, de guiar y de hacer crecer a su clero y a su pueblo, también en
situaciones de gravísimas dificultades. Ha sabido no tan solo resistir a la presión
del régimen, sino minar los fundamentos, en el plano humano y cultural además del
espiritual, según aquellas grandes intuiciones que luego ha recopilado en la
Enciclica Centesimus Annus.
Fue el Obispo
que tuvo y debió tener coraje, como el mismo escribiera en el ultimo capítulo del
libro Levantaos, Vamos, y al mismo tiempo fue el hombre y el testimonio del
amor y del perdón, que vence el mal con el bien, según las palabras del apóstol
Pablo (Rm, 12,21) reiteradas en su último Mensaje para la Jornada Mundial de laPaz.
(traducido de:
Camillo Ruini Alla sequela di Cristo Giovanni Paolo II il Servo dei Servi di Dio,
Cantagalli, Siena, feb 2007)
No hay comentarios:
Publicar un comentario