La primera iglesia sobre la
colina de Sheshan fue construida en 1863. Durante la rebelión Taiping los
misioneros jesuitas compraron un terreno en la ladera sur del cerro, donde antes existía un monasterio budista que
había sido abandonado. Fueron demolidas
las paredes que aún quedaban, y allí se
construyo una vivienda para los
misioneros y una pequeña capilla. En la cima del cerro se construyo un
pequeño pabellón y allí se coloco la estatua de Nuestra Señora.
En junio de 1870 durante las
rebeliones en Tianjin se quemaron las Iglesias existentes. Los jesuitas de Shanghai oraron ante la
estatua de Nuestra Señora y prometieron construir una iglesia en su honor en
agradecimiento a su protección. La
construcción de la iglesia diseñada por el jesuita francés hermano Léon Mariot (馬历耀 Ma Liyao, 1830-1902) fue comenzada en 1871. La madera fue traída de Shanghai y la
piedra comprada de Fujian. Sin contar con medios de transporte todo el
material debió ser trasladado hasta la cima a hombro. La iglesia quedó terminada dos años más
tarde. A la primera iglesia en forma de cruz
se había incorporado características tanto chinas como de la arquitectura
occidental. Al frente se construyo una
galería con diez columnas y se colocaron allí ocho leones de piedra. En 1894
fueron agregadas otras construcciones que incluían una iglesia media, un
santuario dedicado al Sagrado Corazón, la Virgen Maria y San José. Se colocaron
también las 14 estaciones del Vía Crucis a los costados de la iglesia. En
1899-1901 los jesuitas franceses construyeron allí un observatorio astronómico
en la cima de la colina que incluía un telescopio comprado por el padre
Stanislas Chevalier (蔡尚質 Cai Shangzhi, 1852-1930)
en Francia.
Ya en 1920 la iglesia
existente fue considerada inadecuada pues era
más pequeña y modesta en tamaño y
ornamentación que las demás iglesias en Shanghai. Los jesuitas de Shanghai le
pidieron al misionero-arquitecto belga hermano Alphonse De Moerloose (和羹柏 He Gengbo, 1858-1932) que diseñara planos para una nueva basílica. Después
de la demolición de la antigua construcción en 1923, comenzó a tomar forma la nueva basílica que
fue construida entre 1924 y 1935, bajo la supervisión diaria del misionero
arquitecto portugués Hermano
François-Xavier Diniz (葉肇昌 Ye
Zhaochang, 1869-1943).
El 14 de junio de 1924, en
el contexto del Sínodo Católico de Shanghai, el arzobispo Celso Constantini y
25 miembros del sínodo llegaron hasta la colina de Sheshan para la solemne
consagración de China a la Virgen Maria.
En 1942 el Papa Pio XII elevo la iglesia de Sheshan al rango de Basílica
menor y en 1945 la Santa Sede corono la estatua de Nuestra Señora.
Durante la revolución
cultural la Basílica de Sheshan fue dañada severamente. Fueron destruidos los vitrales de la iglesia,
las esculturas de la Vía Dolorosa, la estatua en la cima del cerro y varias otras obras de iconografía.
En los años 1950 fue
arrestado y apresado por más de 30 años
el Obispo católico de Shanghai Ignatius Kung Pin-Mei.
Fue creado Cardenal in pectore el 30
de junio de 1979 por el Papa Juan Pablo II. (La noticia fue recién revelada el
28 de junio de 1991).
El gobierno chino tomo la basílica bajo su mando y control
con la nueva denominación de Asociación Patriótica católica china y los obispos
chinos no fueron reconocidos por el Vaticano. El 19 de junio de 1958 el Papa Pio
XII publico una extensa encíclica papal muy comprensiva hacia los fieles católicos
pero reflexionando sobre la injusta situación creada por el gobierno.
Finalizada la revolución
cultural en 1976, los daños fueron gradualmente reparados. La estatua fue inicialmente reemplazada por
una sencilla cruz de hierro y una estatua en reemplazo fue instalada en 2000.
El 8 de diciembre de 1999 en
vísperas del Gran Jubileo el Papa Juan Pablo II dirigió un Mensaje doloroso acompañando a los católicos de China.
“El jubileo del año 2000 – decia Juan Pablo
II, será una gran plegaria de alabanza y acción de gracias, sobre todo por el
don de la encarnación del Hijo de Dios y de la redención que realizó. Será
alabanza y acción de gracias por el don de la Iglesia, fundada por Cristo como
"sacramento o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la
unidad de todo el género humano" (Lumen gentium, 1). "Su
agradecimiento se extenderá, finalmente, a los frutos de santidad producidos en
la vida de tantos hombres y mujeres -también en vuestro pueblo- que en cada
generación y en cada época histórica han sabido acoger sin reservas el don de
la redención" (Tertio millennio adveniente,
32).
Tambien
el Papa Benedicto envio una carta a los Obispos, Presbiteros y personas
consagradas y fieles laicos de la Iglesia católica en China. Y seguidamente también una nota explicativa
con reflexiones y comentarios a la difícil situación en la cual continuaba
viviendo la Iglesia católica en China.
y seguidamente una Nota explicativa con reflexiones y comentarios a la difícil situacxion de la Iglesia católica en
China. El papa Benedicto
también compuso una oración especial a Nuestra Señora de Sheshan.
En su continuo afán de
acompañar a los fieles chinos y a la Iglesia china toda el Papa Francisco también
envió un Mensaje citando palabras de su predecesor: “que exhortaba en la Carta del 27 de mayo de 2007:
«Iglesia católica en China, pequeña grey presente y operante en la vastedad de
un inmenso Pueblo que camina en la historia, ¡cómo resuenan alentadoras y
provocadoras para ti las palabras de Jesús: “No temas, pequeño rebaño; porque
vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino” (Lc 12,32)! Por tanto,
“alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a
vuestro a Padre que está en el cielo” (Mt 5,16)» (Benedicto XVI, Carta a los católicos chinos,
27 mayo 2007, 5).” Se avanzo lentamente en las relaciones firmándose un importante
Acuerdo
Provisional entre la Santa Sede y la República Popular China aclarando a su vez
que este “Acuerdo Provisional, es fruto de un largo y complejo diálogo
institucional entre la Santa Sede y las Autoridades chinas, iniciado ya por san
Juan Pablo II y seguido por
el Papa Benedicto XVI. A lo largo
de dicho recorrido, la Santa Sede no tenía —ni tiene— otro objetivo, sino el de
llevar a cabo los fines espirituales y pastorales que le son propios; es decir,
sostener y promover el anuncio del Evangelio, así como el de alcanzar y
mantener la plena y visible unidad de la comunidad católica en China.” Un
pequeño paso más en un largo camino lleno de optimismo pero consciente que “El
Acuerdo Provisional firmado con las Autoridades chinas, aun cuando está
circunscrito a algunos aspectos de la vida de la Iglesia y está llamado
necesariamente a ser mejorado, puede contribuir —por su parte— a escribir esta nueva
página de la Iglesia católica en China. Por primera vez, se contemplan
elementos estables de colaboración entre las Autoridades del Estado y la Sede
Apostólica, con la esperanza de asegurar buenos pastores a la comunidad
católica.” La carta del Papa Francisco
termina con una breve oración..
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