Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

lunes, 29 de agosto de 2011

Juan Pablo II Anécdotas - la Iglesia del silencio y la KGB



Muy al comienzo de su pontificado y después de haber visitado el Santuario de Mentorella, Juan Pablo II hizo una breve peregrinación a Asís, patria chica del “Poverello” San Francisco. Entre la gente que se encontraba allí evidentemente también se encontraban inmigrantes procedentes de detrás de la cortina de hierro y uno de ellos le grita al Papa “No se olvide de la Iglesia del Silencio”! pensando en las iglesias locales perseguidas en Europa central y del este.
El Papa rápidamente le responde “Ya no es más la Iglesia del Silencio, porque ahora habla con mi voz!

Inmediatamente después de la elección de Karol Wojtyla a la Sede de Pedro, la KGB no perdió tiempo enviando a Roma todos los espías que les parecía hacian falta, lo que fuera confirmado por Edward Kotowski al historiador Andrzej Grajewski, reconociendole que la mayoría de los diplomáticos polacos en Roma durante los primeros cinco años del pontificado de Juan Pablo II trabajaban para la SB (Servicio de Seguridad polaco), otros estaban empleados en LOT, la compañía aérea polaca, en Orbis una agencia de viajes polaca, o eran representantes de compañías polacas dedicadas al comercio internacional, además de varios “ilegales” que se comunicaban directamente con los Servicios de Seguridad polacos, quienes tenían sus conexiones más o menos directas en el Vaticano.
Juan Pablo II, conocedor de estas tácticas evito arriesgar y desde un comienzo ordeno cambiar rutinas anteriores: A diferencia de lo hecho por sus antecesores él no dictaba el memorando de las conversaciones con visitas o figuras políticas importantes (registros que serian guardados y utilizados como referencia en la Secretaria de Estado, cuyo servicio de contra-inteligencia no estaba especialmente preparado). Juan Pablo II, en cambio repasaría todos los momentos, reuniones y visitas importantes tanto a nivel oficial como aquellos de naturaleza mas privada, con su secretario Stanislaw Dziwisz quien registraba todo en una serie de diarios que eran guardados en las habitaciones papales, donde aquellos a quienes los datos no le incumbiesen directamente no tuviesen posibilidad de acceso”

(del libro de George Weigel ”The end and the beginning”, Doubleday, 2010