el primer beso a tierra americana
Con una solemne celebración eucarística, presidida por el legado pontificio, el Cardenal Carlos Amigo Vallejo, Arzobispo emérito de Sevilla, concluyeron ayer en la Catedral primada de América, de Santo Domingo, primera catedral del nuevo mundo, primer templo católico de la isla y del continente, las celebraciones del jubileo del 500 aniversario de la creación de la primera diócesis en América. El Papa Benedicto XVI en un mensaje enviado al Cardenal López Rodríguez y expresó su saludo para estas celebraciones de los 500 años con la esperanza de que este evento "traiga abundantes frutos de fe y compromiso de los sacerdotes, religiosos y laicos que con fervor predican el Evangelio".
La Diócesis de Santo Domingo y Concepción de La Vega en la Española y San Juan en Puerto Rico, fue creada el 8 de agosto de 1511 por el Papa Julio II, Giuliano della Rovere, con la Bula “Romanus Pontifex” .
Concluyen así una serie de actividades, campañas y actos culturales en este año Jubilar.
Recordamos la visita del Beato Juan Pablo II a Santo Domingo, en su Viaje a la Republica Dominicana, Mexico y Bahamas; alli se detuvo prácticamente un solo día el jueves 25 de enero de 1979 (al día siguiente partía hacia México) en un viaje de “evangelización” “siguiendo la ruta que habían trazado los primeros evangelizadores. Venia para reconocer la “admirable gesta evangelizadora” en esta tierra del Nuevo Mundo, donde se plantó la primera cruz, se celebró la primera Misa, se recitó la primera Avemaría y de donde, entre diversas vicisitudes, partió la irradiación de la fe a les otras islas cercanas y de allí a la tierra firme.”
Venía a estas tierras americanas “ como peregrino de paz y esperanza, para participar en un acontecimiento eclesial de evangelización” recordando que “Esta tierra dominicana fue un día la primera destinataria, y luego propulsora, de una gran empresa de evangelización, que merece gran admiración y gratitud” y agregando que “Si queremos tributar un merecido agradecimiento a quienes transplantaron las semillas de la fe, ese homenaje hay que rendirlo en primer lugar a las órdenes religiosas, que se destacaron, aun a costa de ofrendar sus mártires, en la tarea evangelizadora; sobre todo los religiosos dominicos, franciscanos, agustinos, mercedarios y luego los jesuitas, que hicieron árbol frondoso lo que había brotado de tenues raíces. Y es que el suelo de América estaba preparado por corrientes de espiritualidad propia para recibir la nueva sementera cristiana.”
Juan Pablo II pudo ver y palpar el gran cariño y entusiasmo de la gente, no obstante las fuertes carencias y precariedades sociales. Sintió también que evangelizar quizás no bastaba, que era necesaria una “nueva evangelización” - recién pronunciaría esas palabras en tierra americana algunos años mas tarde en su discurso a la Asamblea del CELAM el 9 de marzo de 1983 en Port-au-Prince (Haitì), expresion que, sin embargo, tuvo su "origen" en el primer viaje apostolico a su patria) -
En esta visita a Santo Domingo el Papa le hablo a los Obispos de la proximidad del V centenario (en 1992) del descubrimiento de América y del principio de la evangelización. “La conmemoración del medio milenio de evangelización tendrá su significación plena – decía el Santo Padre - si es un compromiso vuestro como obispos, junto con vuestro presbiterio y fieles; compromiso, no de re-evangelización, pero sí de una evangelización nueva. Nueva en su ardor, en sus métodos, en su expresión”. Dibujaba luego en breves palabras los aspectos que le parecían fundamentales para la nueva evangelización, hablando de vocaciones pero tambien de la importancia del papel de los laicos, agregando finalmente que “Una luz que podrá orientar la nueva evangelización –y es el tercer aspecto– deberá ser la del documento de Puebla, consagrado a ese tema, en cuanto impregnado de la enseñanza del Vaticano II y coherente con el Evangelio. En este sentido es necesario que se difunda y eventualmente se recupere la integridad del mensaje de Puebla, sin interpretaciones deformadas, sin reduccionismos deformantes ni indebidas aplicaciones de unas partes y eclipse de otras. Es preciso que los hombres vean en nosotros a los dispensadores de los misterios de Dios (cf. 1Co 4, 1), testigos creíbles de su presencia en el mundo”
Sobre su primer viaje apostólico a este continente americano en enero de 1979, hablo el Papa Juan Pablo II extensamente en tres Audiencias Generales a su regreso, comentando sobre la Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Puebla y la evangelización de este “Nuevo Mundo” : En la Audiencia del 7 de febrero; En la del 14 de febrero y en la del 21 de febrero de 1979.
El 21 de septiembre de 2010, el Santo Padre Benedicto XVI dio a conocer su Carta Apostólica en forma de «Motu Proprio» , con la cual se instituye el Consejo Pontifico para la promoción de la nueva evangelización.
Decía allí:
“El venerable siervo de Dios Juan Pablo II puso esta ardua tarea como uno de los ejes su vasto magisterio, sintetizando en el concepto de «nueva evangelización», que él profundizó sistemáticamente en numerosas intervenciones, la tarea que espera a la Iglesia hoy, especialmente en las regiones de antigua cristianización.”
Y subrayaba la necesidad de un “renovado impulso misionero, expresión de una nueva y generosa apertura al don de la gracia.” De hecho – agregaba - no podemos olvidar que la primera tarea será siempre ser dóciles a la obra gratuita del Espíritu del Resucitado, que acompaña a cuantos son portadores del Evangelio y abre el corazón de quienes escuchan. Para proclamar de modo fecundo la Palabra del Evangelio se requiere ante todo hacer una experiencia profunda de Dios.”
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