las imagenes son de la pagina oficial de la JMJ 2011 Madrid
“Con todo el cariño para mi amiga Ljudmila, admiración por su blog, y un poco tarde (pero más vale ahora que nunca), voy a intentar escribir unas líneas sobre lo que viví en la JMJ2011.
Gracias de corazón Myriam por tu testimonio y tu amistad. Ljudmila
Soy española, y estuve en Madrid desde el viernes 19 hasta el domingo 21. Al llegar, qué Emoción. El metro, lo primero que vi, estaba lleno de gente JMJ, de católicos. ¡Tantos sacerdotes jóvenes y peregrinos! De todas partes, reconocibles por sus camisetas, sombreros y sus cruces. Madrid era de color JMJ. ¡Gente como tú!. Eso es lo que sentí…
La preparación a la Jornada también fue muy bonita. El Magnificat en su edición Libro del Peregrino me pareció fantástico. Los Santos Patronos, orar por los frutos de la Jornada, también a nivel personal, y prepararnos para recibir la indulgencia plenaria y ¡la Consagración al Sagrado Corazón de Jesús!. Con Juan Pablo II como Patrono al que dedicábamos las oraciones del último día previo…
Participé en la JMJ con mi hermana. No nos vemos tanto y fue una ocasión preciosa para estar juntas. Yo comencé con el Via Crucis, con las meditaciones de las Hermanas de la Cruz, de Santa Angela, y los pasos de la Semana Santa española como estaciones. Al Papa lo veíamos lejos…¡pero bien en la pantalla!. Estuvimos junto a una familia del Camino Neocatecumenal de Madeira, brasileños, españoles… Surgen algunos roces, con gente que llega tarde y se pone en un sitio donde no deja ver a los demás… Pero si se nos escapa alguna llamada de atención menos amable, recapacitamos y terminamos haciéndonos amigos… Al terminar, intentamos ir a rezar a la Iglesia del Carmen donde “dormía” el paso de la Virgen de Regla, pero estaba aún cerrada… y nos fuimos nosotras a dormir.
El sábado fuimos al Parque del Retiro. Allí estaban los confesionarios -¡y nos confesamos, quedamos encantadas con los sacerdotes que ayudaban a realizar un exámen de conciencia a fondo!- y la capilla de Adoración al Santísimo que coordinaban las Misioneras de la Caridad. Luego, a la Feria de las Vocaciones, donde pasamos por los stands de muchísimas comunidades. Me encantó el de la Fraternidad Arca de María, de Brasil, donde recibí una imagen de la Misericordia Divina, el acto de consagración de S. Luis Mª Grignon de Montfort…
Bueno, y después de comer, a Cuatro Vientos, donde tuvo lugar la Vigilia y la Misa del domingo. Cuatro Vientos era el macroescenario de un concierto de rock. ¡Qué calor! Todos estaban ya “acampados”, con lonas, tiendas, durmiendo –a veces en bikini-…y regándose. Estábamos en D7. Así que nos situamos en un pequeño espacio que quedaba frente a una pantalla. Territorio italiano. La diócesis de Turín al frente, con la parroquia de Andrea y sus amigos delante nuestra. ¡Qué recogimiento al rezar la Liturgia de las Horas!. También los portugueses de los Equipos de Nuestra Señora, muy simpáticos. Nada más llegar salió en pantalla Monseñor Munilla, el obispo de San Sebastián, hablando de la Consagración que haría el Papa al Sagrado Corazón. Un obispo tan maravilloso… Y en España la Consagración al Sagrado Corazón tiene un gran significado, desde que el Rey de España, Alfonso XIII, pronunciara la fórmula de consagración en 1.919, frente al que sería el Carmelo del Cerro de los Angeles, de Santa Maravillas de Jesús, en Madrid… Así que esperamos al Papa y nos preparamos para pasar allí la noche (me hago ilusiones de que en algún momento de la noche alguna capilla de las varias que hay estará tranquila).
Qué inesperada la lluvia, ¿no os pareció?. Creo que no fue para tanto, un poco de tormenta tropical, ¡pero nos desconcertó a todos!. El Papa se rió. ¡Y menos mal que volvió, cómo se iba a ir, no creo que entrara en su cabeza! Tuvimos un pequeño cambio de planes y decidimos irnos a casa al terminar.
La preparación a la Jornada también fue muy bonita. El Magnificat en su edición Libro del Peregrino me pareció fantástico. Los Santos Patronos, orar por los frutos de la Jornada, también a nivel personal, y prepararnos para recibir la indulgencia plenaria y ¡la Consagración al Sagrado Corazón de Jesús!. Con Juan Pablo II como Patrono al que dedicábamos las oraciones del último día previo…
Participé en la JMJ con mi hermana. No nos vemos tanto y fue una ocasión preciosa para estar juntas. Yo comencé con el Via Crucis, con las meditaciones de las Hermanas de la Cruz, de Santa Angela, y los pasos de la Semana Santa española como estaciones. Al Papa lo veíamos lejos…¡pero bien en la pantalla!. Estuvimos junto a una familia del Camino Neocatecumenal de Madeira, brasileños, españoles… Surgen algunos roces, con gente que llega tarde y se pone en un sitio donde no deja ver a los demás… Pero si se nos escapa alguna llamada de atención menos amable, recapacitamos y terminamos haciéndonos amigos… Al terminar, intentamos ir a rezar a la Iglesia del Carmen donde “dormía” el paso de la Virgen de Regla, pero estaba aún cerrada… y nos fuimos nosotras a dormir.
El sábado fuimos al Parque del Retiro. Allí estaban los confesionarios -¡y nos confesamos, quedamos encantadas con los sacerdotes que ayudaban a realizar un exámen de conciencia a fondo!- y la capilla de Adoración al Santísimo que coordinaban las Misioneras de la Caridad. Luego, a la Feria de las Vocaciones, donde pasamos por los stands de muchísimas comunidades. Me encantó el de la Fraternidad Arca de María, de Brasil, donde recibí una imagen de la Misericordia Divina, el acto de consagración de S. Luis Mª Grignon de Montfort…
Bueno, y después de comer, a Cuatro Vientos, donde tuvo lugar la Vigilia y la Misa del domingo. Cuatro Vientos era el macroescenario de un concierto de rock. ¡Qué calor! Todos estaban ya “acampados”, con lonas, tiendas, durmiendo –a veces en bikini-…y regándose. Estábamos en D7. Así que nos situamos en un pequeño espacio que quedaba frente a una pantalla. Territorio italiano. La diócesis de Turín al frente, con la parroquia de Andrea y sus amigos delante nuestra. ¡Qué recogimiento al rezar la Liturgia de las Horas!. También los portugueses de los Equipos de Nuestra Señora, muy simpáticos. Nada más llegar salió en pantalla Monseñor Munilla, el obispo de San Sebastián, hablando de la Consagración que haría el Papa al Sagrado Corazón. Un obispo tan maravilloso… Y en España la Consagración al Sagrado Corazón tiene un gran significado, desde que el Rey de España, Alfonso XIII, pronunciara la fórmula de consagración en 1.919, frente al que sería el Carmelo del Cerro de los Angeles, de Santa Maravillas de Jesús, en Madrid… Así que esperamos al Papa y nos preparamos para pasar allí la noche (me hago ilusiones de que en algún momento de la noche alguna capilla de las varias que hay estará tranquila).
Qué inesperada la lluvia, ¿no os pareció?. Creo que no fue para tanto, un poco de tormenta tropical, ¡pero nos desconcertó a todos!. El Papa se rió. ¡Y menos mal que volvió, cómo se iba a ir, no creo que entrara en su cabeza! Tuvimos un pequeño cambio de planes y decidimos irnos a casa al terminar.
Cuando aterrizamos de nuevo en D7 a la mañana siguiente, nuestros friends italianos seguían allí. Al final el bikini había sido una buena idea, pues así se habían podido cambiar de camiseta. La Misa muy bonita, aunque el Papa no pasó a nuestro lado, con la pequeña desilusión de que Comunión imposible, pero con nuestros turineses la hicimos espiritual.
Y me voy de nuevo de Madrid. En la estación coincido con los Hermanos de la Cofradía de los Panaderos, que habían llevado a la Virgen de Regla desde Sevilla a Madrid. Me contaron con qué emoción lo habían vivido y lo bien que habían visto al Papa en el Via Crucis. También coincidí con la Diócesis de Corea del Sur. ¡150 personas, creo, que después de Madrid iban a Barcelona!. Había una chica universitaria muy simpática y varias religiosas de diversas congregaciones.
Me voy cansada, emocionada, contenta. ¡Ljudmila, tu irás a Brasil, y a ver si yo puedo acompañarte!. Un abrazo a todos tus lectores. Myriam, España.”
Y me voy de nuevo de Madrid. En la estación coincido con los Hermanos de la Cofradía de los Panaderos, que habían llevado a la Virgen de Regla desde Sevilla a Madrid. Me contaron con qué emoción lo habían vivido y lo bien que habían visto al Papa en el Via Crucis. También coincidí con la Diócesis de Corea del Sur. ¡150 personas, creo, que después de Madrid iban a Barcelona!. Había una chica universitaria muy simpática y varias religiosas de diversas congregaciones.
Me voy cansada, emocionada, contenta. ¡Ljudmila, tu irás a Brasil, y a ver si yo puedo acompañarte!. Un abrazo a todos tus lectores. Myriam, España.”
Gracias de corazón Myriam por tu testimonio y tu amistad. Ljudmila
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