(Irene y Jerzy Kluger en su casa en Roma)
En su tan conocido y ameno libro Cruzando
el Umbral de la Esperanza, escrito con Vittorio Messori, Juan Pablo II
escribe:
“Deseo comentar también mi experiencia personal desde los primerísimos
años de mi vida en mi ciudad natal. Recuerdo sobre todo la escuela elemental de
Wadowice, en la que, en mi clase, al menos una cuarta parte de los alumnos
estaba compuesta por chicos judíos. Y quiero mencionar mi amistad, en aquellos
tiempos escolares, con uno de ellos, Jerzy Kluger, amistad que ha continuado
desde los bancos de la escuela hasta hoy.”
De esta manera el mundo supo de la amistad entre el Papa y un judío
polaco, quien murió en Roma a los 90 años, seis años después de la muerte de su
amigo Juan Pablo II. Jerzy Kluger fue
enterrado en el sector judío del cementerio de Prima Porta. Siete días después
del entierro se llevo a cabo una conmemoración solemne en su honor, presidida
por un rabino de Roma, en presencia de la viuda de Kluger Irene y su hija Linda
(la segunda hija de Jerzy Kluger ya había muerto) y altas autoridades. En el cementerio se escuchaban los ecos del
Kaddish, una plegaria judía por los
muertos. Al finalizar la ceremonia Wlodzimierz Redzioch habló con Irene Kluger en recuerdo de su
esposo, patriota polaco y amigo de Juan Pablo II.
Jerzy Kluger y su esposa Irene, católica, en su casa en Roma….Cuando y en que circunstancias conoció a Jerzy
Kluger?
Irene Kluger: Conoci a mi esposo
durante la Guerra en Egipto, precisamente después de la batalla de El Alamein
en 1942. Yo era oficial del ejercito británico y mi esposo oficial del
ejercito polaco del General Anders, que luchó con los aliados. Le comento como
se encontró mi esposo en Egipto: al
desatarse la 2da Guerra Mundial Jerzy dejó Wadowice y se dirigió al este con su
padre para alistarse en el ejercito polaco. En 1940 fueron tomados prisioneros
por los soviéticos y enviados a un campo de trabajos forzados en Siberia. Al aliarse
los Estados Unidos con la Unión Soviética en contra de Alemania, muchos prisioneros
polacos en la Unión Soviética pudieron alistarse en el ejercido del General
Anders. Este ejercito llega hasta Egipto
a través de Uzbekistan y el Medio Oriente.
Yo me encontraba en Alexandria y el Cairo. Me encontré a Jerzy porque practicaba el
tenis igual que yo. Entonces podíamos jugar tenis en el club de los oficiales y
fue allí donde nos vimos por primera vez.
Asi que se vieron y se
enamoraron?
Kluger: Si, nos casamos en El
Cairo. Lamentablemente la Guerra continuaba y Jerzy debió partir con el
ejercito polaco y luchar en la campaña italiana, incluida la batalla de Monte
Cassino. Yo regresé a Inglaterra, y Jerzy
pudo unirse conmigo terminada la Guerra.
Entonces entro en la Universidad de Nottingham, donde se graduó en
ingeniería.
Porqué
usted que es irlandesa y su esposo polaco deciden establecerse en Italia?
Kluger: Mi esposo comenzó a trabajar con Italia. También habíamos ido a Italia de vacaciones,
visitamos San Remo y Positano, entre
otros nos enamoramos de este país. Además nos gustaba el clima: mi hija menor, que sufría de asma, se
sentía mejor en Italia que en Inglaterra; y aquí Jerzy podia jugar tenis todo
el año (realmente era un deporte que le entusiasmaba) Así que decidimos
radicarnos aquí.
Y como
fue vivir en Italia?
Kluger: Cuando llegamos en 1950
Italia era un paraíso. Ademas, eramos jóvenes y veníamos llenos de
entusiasmo.
Como católica, usted hizo bautizar a sus hijas y
les dio una educación católica. Quiere
decir que su esposo era muy respetuoso en temas religiosos?
Kluger: Mi esposo, al igual que su padre, eran
creyentes judíos, pero muy tolerantes. La familia de Jerzy no vivía en un ghetto, y
tenían muchos amigos polacos católicos.
Además, uno se considera judío si tiene una madre judía, así que mis
hijas, habiendo sido nacidas de una madre católica no eran judías y podían ser
bautizadas.
El Cadenal Dziwisz se refirio a Jerzy Kluger como
“un gran patriota polaco”. Que le decía su esposo sobre Polonia y como sentía su país?
Kluger:
Es verdad, mi esposo era un gran patriota polaco. Me lo confirmaba a diario
durante los 60 años de vida juntos. Supongo que no hace falta aclarar que hablaba de la Polonia de su
infancia y juventud, pero también de Karol Wojtya. No mostraba gran interés en la situación
política de la Polonia de hoy, prefería leer los clásicos de la literatura
polaca. Todos los años participaba de la
conmemoración de la batalla de Monte Cassino.
Jerzy
Kluger peleó en la batalla de Monte Cassino como soldado del ejercito polaco del General Anders. Éste fue un hecho histórico muy importante para el pueblo polaco….
Kluger: Jerzy siempre recordaba esos momentos muy
vividamente. Me lo repetía a menudo.
Debemos recordar que por su participación en esta batalla mi esposo recibió una
condecoración muy importante polaca “Polonia restituta”. Ademas, no hace mucho
las autoridades lo promovieron de capitán a mayor.
Cuando
se enteré de la amistad entre estos dos niños de Wadowice Jerzy Kluger y Karol
Wojtyla?
Kluger: Durante el Concilio
Vaticano II mi esposo leyó en los diarios que el nombre del arzobispo de
Cracovia era Karol Wojtyla y recordó a su
amigo de Wadowice. Fue a un instituto
polaco para averiguar, pero Wojtyla no estaba allí, así que dejo su numero de
teléfono. Poco tiempo después, Wojtyla
llamo a la oficina diciendo”Eres tu Jurek Kluger? Cuando Jerzy contestó: si! le dijo que debían
verse pronto. Así que estos dos amigos
de Wadowice se reencontraron después de 25 años. A partir de ese momento ya no
perdieron contacto. Cuando el cardinal
Wojtyla estaba en Cracovia, se escribían o llamaban por teléfono y se
encontraban personalente cuando el venia a Roma.
Que ocurrió cuando el cardinal Wojtyla es elegido
Papa?
Kluger: Mi esposo estaba en el consultorio
del dentista cuando escucho la noticia de la elección por radio. Llego a
casa muy entusiasmado, también yo lo estaba.
Fueron momentos increíbles para nosotros. El día después de la misa de apertura del
pontificado de Juan Pablo II hubo una audiencia para los polacos en el Aula
Pablo VI, durante la cual pudieron abrazarse.
A partir de entonces Jurek se encontraba con el a menudo. Cada tanto también toda la familia almorzaba o cenaba con el Papa en el Vaticano o en Castel Gandolfo. Nuestras reuniones eran por un lado muy
sencillas – porque lo veíamos como uno de la familia – y a su vez
extraordinarias. Karol Wojtyla era alguien muy especial en todo lo que hacia,
según me decía mi esposo. Karol
Wojtyla nos quería y lo ratificó porque bautizo nuestra nieta, le dio la
primera comunión y la casó y en el año 2000; también bautizó a nuestra bisnieta
Chiara!
(en Castel Gandolfo Juan Pablo II saluda a Halina, amiga y compañera de escuela de ambos - de Juan Pablo II y Jerzy - con ocasión del casamiento de Stefania, la nieta de Kluger, el 11 de septiembre de 1997).
Se hablo del rol de su esposo en la preparación de
la visita que Juan Pablo II realizara a la Sinagoga en 1986 y en establecer
relaciones diplomáticas entre Israel y la Santa Sede en 1993. Que nos puede decir acerca de esto?
Kluger: En cuanto ala visita del
Papa a la Sinagoga, mi esposo no participo de la preparación. Obviamente conocía al Rabino Toaf, pero no
frecuentaba la Sinagoga de Roma porque los judíos romanos son Sefardies mientras que el era un Askenazi. Mi esposo también me comentó que Karol WOjtyla ya había entrado a una sinagoga
en 1936. Wilhelm Kluger, el padre de mi
esposo había organizado un concierto de un tenor famoso en la sinagoga local y
había invitado al joven amigo de su hijo y a su padre. En cambio Jurek trabajó mucho para que Israel y la Santa Sede establecieran
relaciones diplomáticas. Podia hacerlo
porque conocía políticos Israelies y podía tratar directamente con el
Papa.
Usted quería que su esposo fuera sepultado según el
rito judío? Cual era el deseo de su esposo?
Kluger: En realidad, mi
esposo quería ser cremado y llevado al cementerio judío de Londres, donde esta
enterrado su padre. Lamentablemente la ley judía no permite la cremación así que
pensé que entonces seria mejor hacerlo enterrar entre otros judíos en
Roma. Yo no conocía nada del rito del
entierro judío: la gente del Hogar
donde murió mi esposo se ocupo de todo.
Debo también agradecer a todos los embajadores que asistieron a la
ceremonia conmemorativa que se llevó a cabo siete días después de ocurrir la
muerte.
(Entrevista realizada por Wlodzimierz Redzioch – publicada en Inside The Vatican 25 de febrero de 2012)
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