Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

sábado, 24 de diciembre de 2016

Navidad 2016 Una alegría que el mundo no puede dar



“¿Qué poder se da sobre los hombros de este Niño que nace en la soledad y el vacío de la noche de Belén?
En efecto, dice el Profeta: "Lleva al hombro el principado" (Is 9, 6).
Y añade a continuación: "Para dilatar el principado con una paz sin límites... desde ahora y por siempre..." (Is 9, 6).
Nada parece confirmar esta soberanía y dominio en el vacío y soledad de la noche de Belén.
Antes bien, todo habla de pobreza, de "desheredación"....
La primera noche terrena del Hijo del Hombre contiene ya en sí como un lejano presagio de la última noche, cuando "se humilló haciéndose obediente hasta la muerte..." (Flp 2, 8).
Esta primera noche sin techo del Hijo que se nos ha dado, está libre de cualquier signo de poderío y fuerza humana.
Todo lo contrario...
Y, sin embargo, esta noche de Belén, que recordamos cada año con la mayor emoción posible, suscita esperanza y es portadora de alegría: una alegría que el mundo no puede dar a pesar de todos y sus bien conocidos medios de poderío y fuerza terrena.
De esta alegría está llena la liturgia de la Iglesia, que "canta al Señor un cántico nuevo" (Sal 95 [96], 1), e invita "toda la tierra" a este canto.
"Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los campos y cuanto hay en ellos, aclamen los árboles del bosque" (Sal 95 [96], 11-12).
El reino de Dios sobre la tierra comienza en el transcurso de la noche de esta vigilia, no con los signos del poderío y la fuerza humana, sino con la alegría de las almas y los corazones, que llena a todos los que le han acogido.”

¡Gloria a Dios en los cielos y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad! Así sea.

(Juan Pablo II)


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