Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

martes, 22 de septiembre de 2020

Jan Pietraszko: El contexto histórico y su figura por Juan de Dios Larru

 


El descubrimiento, por parte de un sacerdote polaco de la diócesis de Gniezno10, estudiante del mencionado Instituto, de la Regla que Karol Wojtyła escribió para el grupo de matrimonios que él acompañó personalmente hasta el final de su vida, ha puesto aún más de relieve la capacidad profética del trabajo filosófico, teológico y pastoral del futuro Pontífice 11.

Nos inspiraremos en este texto como hilo conductor de cuanto sigue.

Para comprender este breve pero significativo escrito, es preciso contextualizarlo en su época. Para ello conviene tomar como punto de partida el mes de agosto del año 1949, cuando el joven sacerdote Karol Wojtyła, tras el tiempo del seminario clandestino, sus estudios en Roma y el ministerio en una parroquia rural en Niegowić, regresó a Cracovia como vicepárroco de la parroquia de S. Florian.

Eran los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra mundial y el arzobispo de Cracovia era el Príncipe Adam Stefan Sapieha, intrépido defensor de los polacos durante el conflicto bélico. Tras la guerra, el obispo creó en torno a sí un grupo de intelectuales e impulsó un semanario, una revista mensual (“El Signo”, cuyo lema era “In hoc signo vinces”), y una casa editorial con el mismo nombre.

En la casa del cardenal Sapieha, el joven Wojtyła conoció a don Jan Pietraszko (1911-1988), entonces secretario y capellán del Metropolita, que posteriormente se convertiría en obispo auxiliar de Wojtyła. Don Jan Pietraszko inició su servicio pastoral en Cracovia dedicándose de modo singular a los jóvenes como profesor de religión, capellán de los Scouts y de la asociación universitaria “Iuventus Cristiana”. Pietraszko, actualmente en proceso de beatificación, fue un verdadero maestro, pues abrió a Wojtyła el camino de los jóvenes, con su presencia en medio de los estudiantes, que acompañaba en su crecimiento, en la maduración de su matrimonio y en la atención a sus familias.

 Con una pastoral pobre de medios, don Pietraszko estaba siempre a disposición de los jóvenes tanto dentro como fuera de la Iglesia. En 1948, Sapieha nombró a Pietraszko capellán universitario en la colegiata de Santa Ana. Como capellán, mostró unas excelentes dotes de predicador y de confesor carismático. Sus homilías dominicales, en una colegiata habitualmente abarrotada, constituían con frecuencia eventos de gracia, pues su palabra acercaba a la gente a Dios. Junto a las predicaciones, confesaba con frecuencia a muchos jóvenes. Debido a su creciente ascendiente entre ellos, la policía secreta grababa sus homilías y le vigilaba de cerca.


  Jornada Lateranense celebrada el 10 de noviembre de 2009,en el Campus de Santa Úrsula de la Universidad Católica de Valencia, presentación de

(publicado con permiso del autor) 

10. Se trata, concretamente, de PrzemysKaw Kwiatkowski. Su tesina de licenciatura tiene por título: La spiritualità dei coniugi alla luce delle Catechesi sull’amore umano di Giovanni Paolo II.

11.. GRYGIEL-S-GRYGIEL-P. KWIATKOWSKI, Bellezza e spiritualità dell’amore coniugale. Con un inedito di Karol Wojty3a,

Cantagalli, Siena 2009.

 


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