Amar
a Jesus significa ser misionero ¿Quién es
Jesucristo para ti? Una pregunta fácil y sencilla, pero difícil y compleja al
mismo tiempo dice el padre Piero Gheddo.
Criado
en una familia profundamente cristiana, cuyos padres aun hoy son considerados
santos en su pueblo, la consigna de la
familia siempre fue “Quédate con el Señor y el Señor se quedará siempre
contigo” Cuando se presentaba algún problema en la familia se preguntaban “Que haría
Jesus en este caso? Que haría Maria?” Ya
ordenado sacerdote se enteró de las
oraciones de sus padres y humildemente reconoció
ser elegido, sin merito propio alguno.
Preguntado “Quien es Jesucristo para ti”? responde. “Es todo mi
amor, mi gozo, el fin último hacia el
cual dirijo todas mis acciones, mis afectos y mis pensamientos. No siempre tengo éxito, pero a Él le he
consagrado mi pequeña vida y los años que el Señor me permita vivir.“
(…)
“Pero la pregunta “Quien es Jesucristo para ti”? no puede limitarse
a los confines de uno mismo. Me llama a mirar hacia afuera, a mis hermanos y hermanas en todo el mundo. El
amor por Cristo me invita a comprometerme para hacerlo conocer y ser amado por todos.
No puedo amarlo a Él y amarlo para guardármelo para mí. Me convertí en misionero porque siempre pensé
que “missio ad gentes” era la forma más
avanzada, el límite extremo de la fe y la Iglesia, al cual somos llamados todos
los bautizados. El don de la fe, recibido
gratuitamente de Dios, debe ser comunicado a los otros si queremos que
permanezca fuerte y vivo. «La fe se fortalece
dándola» dice el Papa en Redemptoris Missio (n.2). Toda la Iglesia debe convertirse a la misión universal.
«Ningún
creyente en Cristo, ninguna institución de la Iglesia puede eludir este deber
supremo: anunciar a Cristo a todos los pueblos.» (Redemptoris Missio n.3).”
(…)
“En nuestros tiempos la identidad cristiana
es muy débil. Hemos atravesado un largo periodo
en el cual el Cristianismo parecía reducido a una moral. Los “valores evangélicos”
son apreciados por todos (paz, justicia, solidaridad, amor) pero la fe en
Cristo, la conversión e imitación de Cristo no tienen sentido. Se
busca desprender el mensaje del mensajero: paz, justicia, amor, si! Pero el
anuncio que solo Cristo es quien salva al hombre es considerado “extremismo”. La salvación ha sido secularizada. El
Cristiano a menudo se reduce a una especie de “religión de la humanidad” (tal
como querían los iluministas del Setecientos) la Iglesia entera como una
sociedad filantrópica y de referencia moral. La Iglesia como institución no está
en crisis hoy. No hay peligro que la Iglesia desaparezca: no solo por la
promesa de Jesus, sino porque en nuestro mundo secularizado ya no es combatida
sino exaltada como instrumento de paz social,
un llamado a la ética, como ayuda a los pobres, a los marginados, a los
drogadictos, a los pueblos del “tercer mundo”. “
“La Iglesia como pilar de la
sociedad capitalista avanzada, no lo es porque predica a Jesus como único Salvador
del hombre, sino porque remedia, con sus sacerdotes, religiosos, voluntarios, instituciones
caritativas, los desastres de la “estructura del pecado” en los cuales estamos
todos inmersos. O sea existe la tentación de reducir el cristianismo a un sistema moral y
consolador del hombre alienado por el capitalismo o el materialismo, pasando
del mensajero al mensaje: de Jesus, hijo de Dios, único Salvador del hombre, a
los “valores morales” que serian comunes a todos. La gente tiene hambre y sed
de Dios y nosotros le damos un “discurso de valores” que en un debate sobre la
fe tiene valor tan solo si está centrado en la persona de Cristo.”
(…)
«Quien es Cristo para ti?». He aquí una gran pregunta para todos aquellos que se proclaman
cristianos La fe no es solo un estado intelectual separado de la vida diaria
, sino amor y pasión por Cristo que transforma toda la vida. El Papa (JPII) lo dice con claridad: la misión
es comunicación de una experiencia, o sea “el verdadero misionero es el santo”
(Redemptoris Missio, n. 90)
(…)
“Debemos estar enamorados de Jesus”
San Pablo decía estar «conquistado por Jesucristo» (Filippesi,
3, 12): «Mihi vivere Christus est», para mi vivir es Cristo. Y agregaba: : «"Pero
al tener a Cristo consideré todas mis ventajas como cosas negativas. .Más aún,
todo lo considero al presente como peso muerto, en comparación con eso tan
extraordinario que es conocer a Cristo Jesús, mi Señor. A causa de él ya nada
tiene valor para mí, y todo lo considero como pelusas mientras trato de ganar a
Cristo." (Filippesi 3, 7-8).
En las cartas de San Pablo los exegetas
han encontrado 164 veces la expresión “en Cristo” o sea la vida en Cristo. “Quien es el misionero”? le preguntaron una
vez a la Madre Teresa, que respondió: “Es aquel cristiano tan enamorado de
Jesucristo, que su único deseo es hacerlo conocer y ser amado”.
Traducido de Amar y
seguir a Jesus significa ser misionero por Piero Gheddo, Leer completo en “Tertium Millenium” Nr 4,
septiembre 1997 (en ingles e italiano)
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