En términos generales podría decirse que el estimulo para unirse a la KUL partió de varios acontecimientos de mediados de la década de 1950, entre ellos el negativo del cierre de la Facultad de Teología de la Universidad Jagellónica y el positivo de la cátedra vacante de Ética en la Universidad Católica de Lublin. Pero si profundizamos algo más nos encontramos que fue en septiembre de 1954, durante una caminata por las montañas al sur de Cracovia, que Stefan Swiecawski “urgió” a Wojtyla a unirse a la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica de Lublin (KUL) (ahora Universidad Católica de Lublin Juan Pablo II). Previa autorización del arzobispo Baziak, Wojtyla comenzó a acudir a Lublin desde Cracovia. Habia cerrado la Universidad de Cracovia y Lublin era la única universidad católica que quedaba en época de comunismo.
Y como dice Franco
Svidercoschi en Historia de Karol: “allí, en aquella especie de oasis protegido,
pudo confrontar sus reflexiones con las de un grupo de profesores, de entre los
más jóvenes y con las ideas más innovadoras. Estos profesores se proponían
librar la gran batalla político-filosófica con el marxismo sobre su propio
terreno, el de la liberación de la persona, pero a partir de un humanismo en el
que hubiera sitio para el individuo, para la esencia del hombre”
El profesor Wojtyla dirigió clases, conferencias, ejercicios y seminarios y acompañó en caminatas y campamentos, conciliando su labor investigadora y docente con la labor sacerdotal, que no desatendió a pesar de sus múltiples funciones. Sus amigos y estudiantes en la Universidad lo llamaban tío, en los campamentos de verano pues durante el comunismo les estaba prohibido a los sacerdotes acompañar a los jóvenes – práctica en todos los países bajo el comunismo.
Cuando fue ordenado obispo todo parecía que su presencia en la Universidad Católica de Lublin habría de ser breve pues después de todo, le resultaba bastante dificultoso trasladarse a Lublin de noche en forma regular, cuando en Cracovia sus obligaciones y compromisos eran cada vez más numerosos y cargados de responsabilidad.
Y, sin embargo, esta presencia viva continuó e incluso se profundizó en los años siguientes. Por un lado, el obispo - y pronto arzobispo y después cardenal - Karol Wojtyła eligió continuar con su pasión científica, y por otro lado, la propia Universidad no quería prescindir de él, y lo invitaban a participar cada vez más activamente en ese excepcional ambiente académico, especialmente filosófico, que se había formado en oposición a la filosofía e ideología marxista imperante en ese momento en otras universidades. Y más tarde ya como cardenal seguía visitando la Universidad Católica de Lublin con frecuencia, participando en numerosas sesiones científicas, publicando libros y artículos, reuniendo estudiantes a su alrededor, promoviendo maestrías y doctorados. Pero entonces ya muchas reuniones debieron ir organizándose cada vez con mayor frecuencia en Cracovia. Comentaban sus alumnos que gastaba su dinero en becas para estudiantes y para pagarle a sus estudiantes el traslado a Cracovia, todo hasta hasta 1978. El Prof. Szostek, ex rector de la Universidad Católica de Lublin, estudiante y amigo de Karol Wojtyła, quien distribuyó dinero para becas en su nombre decia: . “Entregué el sueldo de noviembre de 1978 a mis alumnos, diciendo que tenía dos buenas y malas noticias para ellos: una mala noticia que era la última beca y una buena noticia que era una beca papal” - recuerda el ex rector de la Universidad Católica de Lublin.
A partir del 16 de octubre de 1978 el vinculo con la Universidad adquirió una nueva dimensión. La universidad, pura alegría y orgullo que su profesor de Etica en la Facultad de Filosofia, durante casi un cuarto de siglo hasta 1978, se convirtiera en Papa, no tardo en abrir un instituto con su nombre y sus pensamientos continuaron siendo estudiados cada vez en mayor profundidad en todas las facultades. El p. profesor. Tadeusz Styczen, alumno, amigo y colaborador del Santo Padre, fallecido en 2010, recordó que fue un gran maestro: discreto, sin imponer su opinión, cálido distanciado, respetuoso de los pensamientos de la otra persona, además, genuinamente interesado. en lo que dice y en quién es. Se tomó en serio el trabajo de los estudiantes, al igual que su propio trabajo .
Toda la comunidad académica de la Universidad Católica de Lublin - autoridades, profesores, empleados, estudiantes – tuvo oportunidad de reunirse con el Papa muchas veces, acogiendo con gratitud sus palabras y apoyándolo con su constante oración. La primera reunión de la comunidad KUL con un ex empleado que se convirtió en Papa en Polonia tuvo lugar el 6 de junio de 1979 en Jasna Góra. En 1987, durante su tercera peregrinación a Polonia, Juan Pablo II visitó Lublin y su antigua universidad
Celebración de la Palabra en la Universidad
católica de Lublín (9 de junio de 1987)
[Italiano, Polaco]
Celebración eucarística con ordenaciones
sacerdotales en Lublín (9 de junio de 1987)
[Italiano, Polaco]
Pero también se reunía a menudo con personal de la Universidad Católica de Lublin en el Vaticano o durante las vacaciones en Castel Gandolfo. Se puede decir que durante todos los años del pontificado de Juan Pablo II, la Universidad Católica de Lublin de alguna manera vivió junto al Papa, y en el sitio oficial de la Universidad podemos encontrar una enorme cantidad de artículos con información, ensayos, testimonios y comentarios acerca de esta presencia viva de Karol Wojtyla/Juan Pablo II tanto en la Universidad como en la sociedad civil y religiosa polaca. Lamentablemente no todo es “traducible” (google) porque hay muchos audios. Quizás algún dia – ojala - podremos tener acceso a toda la info.
El texto fue parcialmente adoptado y adaptado del sitio oficial de la Universidad Catolica de Lublin Juan Pablo II /promocionando el libro PRESENCIA, con un impresionante contenido y testimonios que ocupan casi la mitad del volumen. En este enlace puede leerse el comentario de Anna Głąb (traducir con google)
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