Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

martes, 26 de abril de 2022

Juan Pablo II y Nuestra Señora del Buen Consejo

 

(imagen de Wikimedia)

 

El 22 de abril de 1993 el Papa Juan Pablo II visitaba el Santuario de NuestraSeñora del Buen Consejo en Genazzano (Roma),  con profundos vínculos con la ciudad de Shkodra (Scutari)  con una súplica especial. En su discurso a los fieles, al final del rezo del Santo Rosario,  les confiaba que venía para invocar la protección materna de Maria en su camino apostólico a Albania el domingo siguiente y comentaba que “ De Scutari proviene la imagen de la Madonna del Buon Consiglio aquí venerada: según una piadosa tradición, transmigró de la iglesia que allí la albergaba, escapando milagrosamente a la invasión turca de 1467”. 

El domingo 25 de abril (vísperas de la festividad de Nuestra Señora del Buen Consejo) en su viaje apostólico a Albania el Papa pisaba la sufrida tierra albanesa donde ordenaría a cuatro obispos, y ya en su fuerte discurso de bienvenida saludaba calurosa y cordialmente al pueblo albanés recordando al mundo que  todos deberían conocer los  tristes acontecimientos que habían tenido que afrontar, “Años de auténtica pasión, cuyas consecuencias el tiempo difícilmente podrá borrar y que, en todo caso, Europa y el mundo entero no deben olvidar. Años de privación de las libertades fundamentales de la persona humana, incluidas las de expresión, asociación y religión, que han causado graves laceraciones en vuestro tejido social, marcando profundamente vuestros comportamientos y conciencias.  Durante tan duro y doloroso invierno de sufrimientos y pruebas, « la heroica Iglesia de Albania , devastada por una dura y prolongada persecución, pero enriquecida por el testimonio de sus mártires», como recordé durante mi visita pastoral a la archidiócesis de Apulia de Otranto en octubre de 1980, compartió al máximo los dolores y las esperanzas de la nación, manteniendo viva, también a través del sacrificio personal de muchos de sus miembros, la antigua tradición cristiana, en la creencia de que representa un valor indispensable del auténtico albanés. identidad. Al participar en los dolorosos acontecimientos recientes, la Iglesia también ahora tiene la intención de compartir la alegría y la responsabilidad de la nueva temporada de libertad que acaba de comenzar. Es su fuerte aspiración ofrecer una contribución significativa a la realización del progreso integral de Albania, así como a su inserción activa en el contexto europeo, al que naturalmente la conducen las antiguas raíces históricas.”

Palabras que fueron confirmadas y enaltecidas en la ceremonia de ordenación de los cuatro obispos. En su homilía  Juan Pablo II  recordaba que la catedral de Shkodra, “una de las iglesias mas majestuosas de los Balcanes, había sido transformada en un polideportivo y luego restaurada a su primitivo esplendor, convertida en el símbolo de la resurrección de la Iglesia en Albania… un signo gozoso para la Iglesia de la libertad redescubierta y de su florecimiento después del doloroso y prolongado invierno de la soledad y la persecución. Habiendo tomado parte en los sufrimientos y muerte del Redentor, los creyentes de Albania pueden ahora compartir la alegría espiritual de la Pascua de Resurrección, de la que surgen nuevas oportunidades apostólicas y misioneras: aquí está la obra de Dios, aquí está el día en que hizo el Señor! “¡Haec est muere!”.

Concluyendo la ceremonia el Papa Juan Pablo II bendijo la primera piedra del nuevo santuario dedicado a la Virgen del Buen Consejo, destruido dos veces en el curso de la historia, con una súplica a la Madre:

 Madre del Buen Consejo, ¡abre las mentes y los corazones, y asegura a Albania y a toda la humanidad el don de la concordia y la paz!Oh Señora de Escútari, patrona del pueblo albanés, ¡ruega por nosotros!”

En su despedida al pueblo albanes, Juan Pablo II,  que había vivido en carne propia el terror del comunismo, reconocía con absoluto conocimiento de causa y abierta sinceridad  que el régimen en Albania  Fue una tragedia verdaderamente impactante para su gente .bajo los rigores de la opresión comunista. En efecto, era terrible la imagen de la vida humana en regímenes totalitarios como el que habéis conocido, en los que se privaba al hombre de uno de sus derechos más fundamentales: la libertad de su propio juicio y acción; la libertad de conciencia. Esta privación ha asumido no pocas veces el carácter de una brutalidad indecible. ¿No han sido cerradas las iglesias de todas las denominaciones y hasta los sacerdotes que se atrevieron a administrar los sacramentos fueron condenados a muerte? ¿No han sido los creyentes perseguidos, encarcelados, oprimidos en todos los sentidos? En vuestra tierra, más azotada que en ninguna otra parte por la persecución, es por tanto fácil reconocer los signos de las antiguas catacumbas cristianas y circos, en los que los testigos de Cristo eran arrojados para ser despedazados por las fieras. Fue una dura lucha contra la religión, en consonancia con un dogma intocable del programa social y político preconizado por la ideología comunista. Casi parecía que el medio más necesario para alcanzar el ansiado y anunciado "paraíso en la tierra" era privar al hombre de la fuerza que saca de Cristo, fuerza definitivamente condenada como debilidad indigna de la persona… Lo que sucedió en Albania, queridos hermanos y hermanas, nunca había sido registrado en la historia. Es cierto, incluso durante el Imperio Romano hubo brutales persecuciones contra los cristianos: era, sin embargo, un estado que, en nombre de la religión -la pagana- combatía a los adherentes al Evangelio de Cristo. Aquí, sin embargo, el Estado ha tratado de aniquilar cualquier expresión religiosa en nombre de un ateísmo radical, que se ha elevado a un sistema universal y abarcador. Todo esto sucedió sin que nadie pudiera intervenir en defensa de la dignidad de los hombres privados de todo, incluso despojados de su propia “humanidad”, de su libertad. Vuestro drama, pues, queridos albaneses, afecta, debe afectar, a todo el continente europeo y Europa no debe olvidar.

-o-

 

El actual territorio albanés fue, en diversos momentos de su historia, parte de la provincia romana de Dalmacia (sur de Ilírico), de Macedonia y de Mesia Superior. La república moderna consiguió su independencia tras el colapso del Imperio Otomano en Europa como resultado de las Guerras de los Balcanes, desarrolladas entre los años 1912 a 1913. Albania declaró su independencia en 1912 y esta fue reconocida al año siguiente. A partir de entonces, el país se constituyó como principado, república y reino hasta su invasión por tropas italianas en 1939. Italia creó la Gran Albania, que en 1943 pasó a ser protectorado nazi.5​ En 1944 se creó una democracia popular socialista bajo el liderazgo de Enver Hoxha y el Partido del Trabajo de Albania, que gobernaron el país hasta la disolución de la república socialista y la creación de la República de Albania en 1991. (Wikipedia)

 

No hay comentarios: