Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

miércoles, 10 de agosto de 2022

George Weigel : Los filosofos de Lublin y su proyecto (1 de 2)

 


La Universidad Católica de Lublin [KUL] fue fundada en 1918. Curiosamente, uno de sus parteros fue Lenin, quien permitió al Padre Idzi Radziszewski llevar de vuelta a Polonia la biblioteca de la Academia Polaca de Teología de Petrogrado, cuando el sacerdote estaba tratando de conseguir el lanzamiento de KUL. Auspiciada por la Segunda República de Polonia de entre-guerras, la universidad fue cerrada por la ocupación alemana, con numerosos profesores encarcelados, torturados o asesinados. Sus estatutos permitieron a KUL sobrevivir a la imposición del estalinismo en Polonia después de la guerra, convirtiéndose en la única universidad católica detrás de la cortina de hierro, distinción que mantuvo a lo largo de la Guerra Fría. Como dijera uno de sus mayores estudiosos, durante la Guerra Fría, la Universidad Católica de Lublin fue "el único lugar, entre Berlín y Corea del Sur, donde la filosofía era libre".

 

   Sus facultades y estudiantes desarrollaron su vida académica en una situación de constante confrontación con el régimen comunista. Entre 1953 y 1956, las facultades de derecho, ciencias sociales y educación fueron cerradas. Incluso después del deshielo político de 1956, la población estudiantil fue mantenida artificialmente baja; los graduados de KUL tuvieron dificultades para obtener puestos académicos en otras partes, y las facultades tuvieron problemas para publicar su trabajo. Estas presiones ayudaron a convertir KUL en una universidad con vocación. En un momento en que muchas figuras influyentes en la vida intelectual europea coqueteaban con el marxismo (y, a veces, más que coqueteaban), KUL defendió la dignidad de la persona humana contra un agresivo oponente ideológico, al tiempo que demostraba que la fe católica y la razón humana eran aliados en la misión de reconstruir el humanismo occidental.

 

   La Facultad de Filosofía de KUL se estableció en 1946 en respuesta a la gran hambre de filosofía evidente en la vida intelectual polaca. La guerra y el intento nazi de decapitar la cultura polaca habían creado una situación intelectual distintiva en Polonia. A comienzos del período de posguerra, las conferencias de filosofía en la reabierta Universidad Jagellónica de Cracovia fueron presentadas a audiencias que desbordaban todos los espacios. En Lublin, las conferencias sobre metafísica se dictaban en espacios sin asientos, con los estudiantes sentados en el suelo, en los pasillos y en los marcos de las ventanas de la sala de conferencias. Allí escucharon a los diferentes miembros de la facultad explorar las cuestiones filosóficas planteadas por las duras experiencias del pasado inmediato y del presente – la vida bajo la ocupación nazi y en la Polonia estalinista.

 

   Todos los que habían vivido las brutalidades de la ocupación nazi y la imposición del comunismo soviético había confrontado la antigua pregunta filosófica, "¿Qué es un ser humano?", en formas inevitablemente urgentes. ¿Por qué algunas personas actuaban como bestias mientras que otras mostraban un heroísmo notable? ¿Por qué algunas personas eran grotescamente egoístas, hasta el punto de traicionar a sus amigos, mientras que otros, noblemente abnegados, arriesgaban sus vidas por otros que apenas conocían? Los filósofos de KUL concordaron en que la única manera de penetrar esos problemas era a través de una profundización de la antropología filosófica. ¿Cómo estaba constituida esa curiosa mezcla de materia y espíritu que es la persona humana? ¿Cómo podemos explicar la diferencia de naturaleza entre los seres humanos y otras criaturas sensibles? ¿Cuál es, en todo caso, la meta de la vida? Tales perennes residentes en los jardines de la investigación filosófica adquirieron aristas especialmente agudas en KUL de finales de los 40s y principios de los 50s.

 

   Convencidos de que la crisis en la comprensión de la persona humana por parte de la modernidad estaba en la raíz de las angustias del siglo, los filósofos de KUL de ese período comenzaron a esbozar una iniciativa filosófica ambiciosa, en la que la metafísica y la antropología se reunirían en la ética. Como sub-disciplina de la filosofía, la ética, puede haber sido una sierva o criada de otras especialidades grandiosas, pero los filósofos de KUL creyeron que el problema de la ética se planteaba de una manera particularmente urgente debido a la situación política. El comunismo no era sólo una cuestión de su mala metafísica (con su afirmación reduccionista de las cosas-como-son) y su mala antropología (con su caricatura del humanismo); la política totalitaria del comunismo despojó a hombres y mujeres de su poder de elección, de su responsabilidad y, por lo tanto, de su humanidad.

 

   Para contrarrestar tanto el materialismo comunista, como la política comunista, el pensamiento de los filósofos KUL era un humanismo completo que daba una explicación más convincente de las intuiciones morales y de las acciones morales del ser humano. Al proponer esto sin caer en las arenas movedizas de pensar-sobre-pensar-sobre-pensar, los filósofos de KUL se impusieron no pequeña tarea. En efecto, lo suyo implicaba nada menos que desafiar el sentido y dirección de la filosofía desde la Ilustración. Por otra parte, se trataba de un proyecto con un sello distintivo, pues los filósofos de KUL se propusieron afrontar la gran batalla político-filosófica en el terreno propio del marxismo — en la cuestión de la verdadera liberación de la persona humana.

Transcrito parcialmente de la conferencia dictada en la Universidad Duquesne de Pensilvania, EE.UU.,
el 1° de diciembre del 2006, bajo el título 'Wojtyla's walk among the philosophers'
('El andar de Wojtyla entre los filósofos'). Traducido por Angel C. Correa


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