Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

sábado, 2 de diciembre de 2023

Juan Pablo II y los pobres

 


El concilio Vaticano II subrayaba una dimensión específica de la caridad, que nos lleva, a ejemplo de Cristo, a salir al encuentro sobre todo de los más pobres: «como Cristo fue enviado por el Padre a "anunciar la buena nueva a los pobres, a sanar a los de corazón destrozado" (Lc 4, 18), "a buscar y salvar lo que estaba perdido" (Lc 9, 10), así también la Iglesia abraza con amor a todos los que sufren bajo el peso de la debilidad humana; más aún, descubre en los pobres y en los que sufren la imagen de su Fundador, pobre y sufriente, se preocupa de aliviar su miseria y busca servir a Cristo en ellos» (Lumen Gentium, 8).(catequesis del 27 de octubre de 1999)

 


Hace falta también hoy «devolver la esperanza a los pobres», porque acogiéndolos y sirviéndolos, se acoge y se sirve a Cristo mismo (cf. Mt 25, 40). Los desafíos que en este ámbito interpelan a los creyentes en Europa son muchos. Pobres son hoy tantas categorías de personas, entre ellas los desempleados, los enfermos, los ancianos solos o abandonados, los que no tienen una vivienda, los jóvenes marginados, los inmigrantes y los prófugos. (Angelus del 10 de agosto 2003)

 Dentro del marco de los encuentros para el Jubileo del año 2000 Juan Pablo II se encontró con los pobres de Roma, los marginados, los sin techo, los inmigrantes. "El Aula Pablo VI del Vaticano se habia transformado en un gran salon comedor, donde los huespedes de honor eran aquellos que en su vida diaria son los ultimos, los desconocidos, los abandonados, los invisibles a nuestros ojos...la señora Adelina que tiene 83 años y ha vivido toda su vida en casas de Caritas... estuvo sentada justo al lado de Juan Pablo II... "(Totus Tuus Nr 3 marzo 2007 "Mil expresiones de la pobreza"

En esa ocasión el Santo Padre se dirigio a sus huespedes diciendo:

Entre las numerosas citas del jubileo, esta es para mí seguramente una de las más sentidas y significativas. He querido encontrarme con vosotros, he querido comer con vosotros para deciros que estáis en el corazón del Papa. Os abrazo con gran afecto a cada uno, amigos muy queridos…. Mientras os veo uno a uno, pienso en los que en Roma, y en todas partes del mundo, atraviesan momentos de prueba y dificultad. Quisiera acercarme a cada uno para decirle: no te sientas solo, porque Dios te ama. Amadísimos hermanos, el Papa os quiere, y, junto con él, la Iglesia entera os abre los brazos de la acogida y de la fraternidad.Gracias a todos por haber aceptado mi invitación y por haber venido en gran número a este encuentro….. pocos días antes del Congreso eucarístico internacional en Roma. Nuestra comida, en su sencillez, representa una significativa preparación para ese acontecimiento espiritual, que constituye el centro del Año jubilar. En efecto, hoy nos encontramos en torno a la mesa material; juntos y en mayor número nos acercaremos la próxima semana a la mesa espiritual, al banquete de la Eucaristía, para celebrar el amor de Dios, que nos hace hermanos, solidarios unos con otros. Preparémonos bien para ese extraordinario acontecimiento….Gracias, una vez más, por vuestra presencia; gracias a los que han organizado y preparado la comida, así como a los que nos han alegrado con música y cantos, haciendo que fuera un momento de serenidad y alegría. A todos os imparto de corazón mi bendición.

Ver todos los documentos del Pontificio Consejo Cor Unum para la promoción humana y cristiana

 


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