No podemos dejar de saludar y agradecer en esta solemnidad de San
Pedro y San Pablo también al Papa
emérito Benedicto XVI. Personalmente recuerdo con intensa emoción aquel viaje a
Roma en el 2005 después de la muerte de Juan Pablo II. Casi inesperadamente llegué a Roma para el
inicio del ministerio petrino del Papa Benedicto. Escribi entonces mis memoriasen geocities, y fueron “adoptadas” por otro server, pero siguen allí. Dias memorables que quedaron grabados en
mi mente como emociones compartidas de aquellos días de abril del 2005 con la
muerte de nuestro querido Juan Pablo II, los funerales y mi primer visita a su
tumba.
Ante una multitud reunida en la Plaza San Pedro, los bávaros exultantes
flameando orgullosos sus banderas y ataviados en trajes regionales el Papa
Benedicto pronunció sus primeras palabras oficiales al inicio de su ministerio petrino, anunciándonos que no traía un programa sino que venía dispuesto a ser pastor
y a echar las redes con la ayuda del Señor, tal como lo había hecho según lo
narrado en el Evangelio de Juan 21,11, ese “relato al final del camino terrenal de Jesús
con sus discípulos, que se corresponde con uno del principio: tampoco entonces
los discípulos habían pescado nada durante toda la noche; también entonces
Jesús invitó a Simón a remar mar adentro. Y Simón, que todavía no se llamaba
Pedro, dio aquella admirable respuesta: “Maestro, por tu palabra echaré las
redes”. Se le confió entonces la misión: “No temas, desde ahora serás pescador
de hombres” (Lc 5, 1.11).
[…]
“Así es, efectivamente: en la misión de pescador
de hombres, siguiendo a Cristo, hace falta sacar a los hombres del mar salado
por todas las alienaciones y llevarlo a la tierra de la vida, a la luz de Dios.
Así es, en verdad: nosotros existimos para enseñar Dios a los hombres. Y
únicamente donde se ve a Dios, comienza realmente la vida. Sólo cuando
encontramos en Cristo al Dios vivo, conocemos lo que es la vida. No somos el
producto casual y sin sentido de la evolución. Cada uno de nosotros es el fruto
de un pensamiento de Dios. Cada uno de nosotros es querido, cada uno es amado,
cada uno es necesario. Nada hay más hermoso que haber sido alcanzados,
sorprendidos, por el Evangelio, por Cristo. Nada más bello que conocerle y
comunicar a los otros la amistad con él. La tarea del pastor, del pescador de
hombres, puede parecer a veces gravosa. Pero es gozosa y grande, porque en
definitiva es un servicio a la alegría, a la alegría de Dios que quiere hacer
su entrada en el mundo.”
EL Papa Benedicto XVI Venía decidido a ser pastor
de todos : “Quisiera ahora destacar todavía una cosa: tanto en la imagen del
pastor como en la del pescador, emerge de manera muy explícita la llamad a la
unidad. “Tengo , además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas
las tengo que traer, y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño, un solo
Pastor” (Jn 10, 16), dice Jesús al final del discurso del buen pastor. Y
el relato de los 153 peces grandes termina con la gozosa constatación: “Y
aunque eran tantos, no se rompió la red” (Jn 21, 11). ¡Ay de mí, Señor
amado! ahora la red se ha roto, quisiéramos decir doloridos. Pero no, ¡no
debemos estar tristes! Alegrémonos por tu promesa que no defrauda y hagamos
todo lo posible para recorrer el camino hacia la unidad que tú has prometido.
Hagamos memoria de ella en la oración al Señor, como mendigos; sí, Señor,
acuérdate de lo que prometiste. ¡Haz que seamos un solo pastor y una sola grey!
¡No permitas que se rompa tu red y ayúdanos a ser servidores de la unidad!”
Gracias Benedicto
XVI por tu servicio a la Iglesia, por la profundidad de tus palabras, por tu
humildad, por estar allí siempre disponible, cerca del Papa Francisco.
2 comentarios:
Muchas, gracias por este compartir, y gracias por la vida de estos dos papas, que han dado vida, y ser signos vivó de Cristo en el mundo.
Muchas gracias por tu comentario. Precioso tu blog!
Publicar un comentario