«Preparad
el camino del Señor» (Mt 3, 3). Estas palabras, tomadas del
libro del profeta Isaías (cf. Is 40, 3), las pronunció san
Juan Bautista, a quien Jesús mismo definió en una ocasión el más grande entre
los nacidos de mujer (cf. Mt 11, 11). El evangelista san Mateo
lo presenta como el Precursor, es decir, el que recibió la misión de «preparar
el camino» al Mesías.
Su apremiante exhortación a la penitencia y a la conversión sigue
resonando en el mundo e impulsa a los creyentes…. a acoger dignamente al Señor
que viene. Amadísimos hermanos y
hermanas, preparémonos para el encuentro con Cristo. Preparémosle el camino en
nuestro corazón y en nuestras comunidades. La figura del Bautista, que viste
con pobreza y se alimenta con langostas y miel silvestre, constituye un fuerte
llamamiento a la vigilancia y a la espera del Salvador.
«Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé» (Is 11,
1). En el tiempo del Adviento, la liturgia pone de relieve otra gran figura: el
profeta Isaías, que, en el seno del pueblo elegido, mantuvo viva la
expectativa, llena de esperanza, en la venida del Salvador prometido. Como
hemos escuchado en la primera lectura, Isaías describe al Mesías como un vástago
que sale del antiguo tronco de Jesé. El Espíritu de Dios se posará plenamente
sobre él y su reino se caracterizar á por el restablecimiento de la justicia y
la consolidación de la paz universal.
También nosotros necesitamos renovar esta espera confiada en el
Señor. Escuchemos las palabras del profeta. Nos invitan a aguardar con
esperanza la instauración definitiva del reino de Dios, que él describe con
imágenes muy poéticas, capaces de poner de relieve el triunfo de la justicia y
la paz por obra del Mesías. «Habitarán el lobo y el cordero, (...) el novillo y
el león pacerán juntos, y un niño pequeño los pastorear á» (Is 11,
6). Se trata de expresiones simbólicas, que anticipan la realidad de una
reconciliación universal. En esta obra de renovación cósmica todos estamos
llamados a colaborar, sostenidos por la certeza de que un día toda la creación
se someterá completamente al señorío universal de Cristo.”
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