"Tenéis guardias. Id, aseguradlo como sabéis" (Mt
27, 65).
La tumba de Jesús fue cerrada y sellada. Según la petición de los sumos
sacerdotes y los fariseos, se pusieron soldados de guardia para que nadie
pudiera robarlo (Mt 27, 62-64). Este es el acontecimiento del que parte la
liturgia de la Vigilia Pascual
Vela la Iglesia, esta noche, en todos los rincones de la tierra, y revive las
etapas fundamentales de la historia de la salvación….
En esta Noche, la Iglesia, en su velar, se centra sobre los textos de la
Escritura, que trazan el designio divino de salvación desde el Génesis al
Evangelio y que, gracias también a los ritos del agua y del fuego, confieren a
esta singular celebración una dimensión cósmica. Todo el universo creado está
llamado a velar en esta noche junto al sepulcro de Cristo. Pasa ante nuestros
ojos la historia de la salvación, desde la creación a la redención, desde el
éxodo a la Alianza en el Sinaí, de la antigua a la nueva y eterna Alianza. En
esta noche santa se cumple el proyecto eterno de Dios que arrolla la historia
del hombre y del cosmos.
En la vigilia pascual, madre de todas las vigilias, cada hombre puede reconocer
también la propia historia de salvación, que tiene su punto fundamental en el
renacer en Cristo mediante el Bautismo.
El sepulcro. El lugar donde lo habían puesto (cf. Mc 16, 6). Allí está espiritualmente
presente toda la Comunidad eclesial de cada rincón de la tierra. Estamos
también nosotros con las tres mujeres que se acercan al sepulcro, antes del
alba, para ungir el cuerpo sin vida de Jesús (cf. Mc 16, 1). Su diligencia es
nuestra diligencia. Con ellas descubrimos que la piedra sepulcral ha sido
retirada y el cuerpo ya no está allí. "No está aquí", anuncia
el Ángel, mostrando el sepulcro vacío y las vendas por tierra. La muerte ya no
tiene poder sobre Él (cf Rm 6, 9).
¡Cristo ha resucitado! Anuncia al final de esta noche de Pascua la Iglesia, que
ayer había proclamado la muerte de Cristo en la Cruz. Es un anuncio de verdad y
de vida.
"Surrexit Dominus de sepulcro, qui pro nobis pependit in ligno.
Alleluia!"
Ha resucitado del sepulcro el Señor, que por nosotros fue colgado a la cruz.Sí,
Cristo ha resucitado verdaderamente y nosotros somos testigos de ello.
Lo gritamos al mundo, para que la alegría que nos embarga llegue a tantos otros
corazones, encendiendo en ellos la luz de la esperanza que no defrauda.
CRISTO HA RESUCITADO
ALELUYA
No hay comentarios:
Publicar un comentario