«Como siempre ha hecho la piedad cristiana,
presentamos a la Santísima Virgen las difíciles situaciones individuales, a fin
de que, exponiéndolas a su Hijo, obtenga de él que las alivie y
transforme. Pero le presentamos también las situaciones sociales y
la misma crisis internacional, en sus aspectos preocupantes de
miseria, desempleo, carencia de alimentos, carrera armamentista, desprecio de
los derechos humanos, situaciones o peligros de conflicto parcial o total. Todo
esto lo queremos poner filialmente ante sus « ojos misericordiosos »,
repitiendo una vez más con fe y esperanza la antigua antífona mariana: « Bajo
tu protección nos acogemos, Santa Madre de Dios. No deseches las súplicas que
te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien líbranos siempre de peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita ».
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