El Verbo encarnado
2. "Verbum caro, panem verum verbo carnem efficit El Verbo encarnado transforma, con su palabra, el verdadero pan en su carne".
Es el prodigio que nosotros, sacerdotes, tocamos cada día con nuestras manos en la santa misa. La Iglesia sigue repitiendo las palabras de Jesús, y sabe que está comprometida a hacerlo hasta el fin del mundo. En virtud de esas palabras se realiza un cambio admirable: permanecen las especies eucarísticas, pero el pan y el vino se convierten, según la feliz expresión del concilio de Trento, "verdadera, real y sustancialmente" en el Cuerpo y la Sangre del Señor.La mente queda desconcertada ante un misterio tan sublime. Numerosos interrogantes asaltan al corazón del creyente, que, a pesar de ello, encuentra paz en las palabras de Cristo. "Et si sensus deficit, ad firmandum cor sincerum sola fides sufficit Aunque fallen los sentidos, basta sólo la fe para confirmar al corazón recto". Sostenidos por esta fe, por esta luz que ilumina nuestros pasos también en la noche de la duda y la dificultad, podemos proclamar: "Tantum ergo sacramentum veneremur cernui Veneremos, pues, postrados tan gran sacramento".
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