Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 27 de agosto de 2021

El cardenal Karlic habla de la “historia” del Catecismo de la Iglesia Católica

 


Hace años atrás la agencia (Zenit H. Sergio Mora) https://es.zenit.org/2012/10/23/el-catecismo-fue-un-fruto-profetico-del-concilio-vaticano-ii/

entrevisto al cardenal argentino Estanislao Esteban Karlic quien fuera miembro de la comisión redactora del Catecismo de la Iglesia Católica. El cardenal Karlic  cuenta algunos detalles de los momentos particulares de la redacción, revisión y publicación de esta obra maestra de la Iglesia,  que partió del Sínodo de Obispos de 1985, como “fruto profético del Concilio Vaticano II”.  Ya en tiempos del Concilio,  cuenta el cardenal Karlic “se había  planteado la pregunta sobre un nuevo catecismo, pero la inquietud no prosperó. Con el sínodo de 1985, en cambio la iniciativa fue considerada oportuna y el papa la asumió.” En 1986 se constituyó una comisión bajo la presidencia del entonces Cardenal Joseph Ratzinger.  Explica el cardenal Karlic que   “El texto llego a tener nueve versiones sucesivas y la versión llamada «proyecto revisado» que se considero válida para una consulta universal  se envió a todas las diócesis del mundo para su consulta y observaciones.”  Se recibieron unas 25.000 respuestas, que fueron todas analizadas una por una. “Entre las observaciones importantes fue la de dar más relieve al tratamiento de la oración” resalta el cardenal Karlic.
El cardenal Karlic que vivía en Paraná, Entre Rios, Argentina,  viajaba a Roma para las reuniones y cuenta como curiosidad que una vez hubo que copiar nueve veces un texto con el propósito de mejorar su redacción. Aunque suene extraño recordaba el cardenal Karlic que en aquella época aun no se usaban computadoras!    El documento fue entregado en la versión francesa, italiana y española en diciembre de 1991 en Roma a los representantes de toda la Iglesia  “como un nuevo signo de catolicidad, en un acto solemne presidido por el mismo Juan Pablo II”.   

 

Entrevista completa:

 

¿Cuál era el catecismo universal anterior al actual?

 

Cardenal Karlic: En la historia de la Iglesia solamente hay un catecismo semejante, es el de san Pio V, llamado Catecismo del Concilio de Trento o Catecismo de los Párrocos, publicado en el siglo XVI, poco después de la invención de la imprenta. Fue un ejemplo a seguir por su gran valor. El actual Catecismo de la Iglesia Católica sin embargo tiene novedades que lo enriquecen no solamente en el aprovechamiento del Magisterio Pontificio de los últimos tiempos, sino también en la atención de los problemas contemporáneos. EL Catecismo Tridentino y el de la Iglesia Católica son los dos únicos en la historia que fueron aprobados por un papa y destinados a toda la Iglesia.

 

¿Cómo nace esta idea y porque un nuevo catecismo?

 

Cardenal Karlic: Los obispos del sínodo que celebraba los 20 años del Concilio consideraban que era necesario elaborar un compendio de toda la doctrina católica, sobre la fe y moral, que sirviese como punto de referencia para los catecismos que se habrían de redactar en las diversas regiones del mundo, para su mayor acercamiento a las diversas culturas. Después de 500 años de haber publicado el anterior catecismo universal, pareció oportuno tener una síntesis de la doctrina apostólica que respondiera a las grandes cuestiones planteadas por la cultura contemporánea sobre Dios, el hombre y el mundo. En tiempos del concilio Vaticano II se había planteado la pregunta sobre un nu8evo catecismo, pero la inquietud no prospero. Con el sínodo de 1985, en cambio la iniciativa fue considerada oportuna y el papa la asumió.

 

¿Como fueron los primeros pasos en la elaboración del Catecismo?

 

Cardenal Karlic: El Santo Padre a principios de 1986 constituyo una comisión de doce cardenales y obispos que debían conducir toda la obra y un comité de redacción de siete miembros a quienes se unió el secretario de redacción. El presidente de ambas comisiones era el entonces cardenal Ratzinger,  quien conducía admirablemente las reuniones. Siempre se busco entre los participantes una representación de la universalidad de la Iglesia.

 

Usted fue convocado para la redacción del Catecismo?

 

Cardenal Karlic. Fue una gracia de Dios inmensa. Me incorporé al comité de redacción,  que ya estaba formado,  en un segundo momento.  Otro de los miembros que se incorporó fue el secretario de redacción, el cardenal Schonborn, entonces profesor de teología en Suiza. Cuando ingresamos ya existía un texto fundamental sobre el cual debíamos trabajar. El trabajo naturalmente era distribuido a los subgrupos para después entregarlo en las reuniones conjuntas. De esta manera se redactó el texto que llego a tener nueve versiones sucesivas.

 

Como se consulto a toda la Iglesia?

 

Cardenal Karlic: La versión llamada proyecto revisado, que se consideró válida para una consulta universal, se envió a todas las ldiócesis del mundo debidamente preparada para que las observaciones que se mandaran fueran bien aprovechadas. Las respuestas fueron unas 25.000, un número extraordinario.

 

¿Y con las respuestas como hicieron?

 

Cardenal Karlic: Para estudiar las respuestas tuvimos una larga reunión en los alrededores de Roma. Las revisamos una por una, incluso las que llegaron después del término fijado. Fue emocionante ver la manifestación de la unidad de la fe, de las diversas partes de la Iglesia, en la aceptación fundamental del  texto y de la pasión por la versad en la búsqueda de las expresiones que se juzgaban las más adecuadas para  manifestar el misterio cristiano revelado. Ese momento fue clave en el proceso de redacción. . Un trabajo tan delicado no se podía llevar adelante sin al gracia del Señor, como decía con gozo sereno y profundo uno de los obispos cercanos a nuestra tarea.

 

¿Entre las observaciones cuales recuerda?

 

Cardenal Karlic: Una observación importante que se aceptó sin demora fue la de dar más relieve al tratamiento de la oración. En el texto de la consulta se había propuesto que la oración fuera el epílogo de todo el Catecismo. Las respuestas pedían que se le otorgara más importancia y con la categoría de la cuarta parte, así como de coronar todo el trabajo, como sucedía con el catecismo tridentino.

 

Usted vivía en Roma durante los años de la redacción?

 

Cardenal Karlic: No, vivía en Paraná y alla trabajaba. Entonces no se usaban las computadoras. Recuerdo una vez que hubo que copiar nueve veces un texto con el propósito de mejorar su redacción.  También la necesidad de hacer un viaja de Paraná a Santiago de Chile para hacer llegar los escritos al cardenal Mediana con quien formábamos un subgrupo. 

 

¿En Roma como se procedía?

Cardenal Karlic: Nos reuníamos en el Vaticano. La Comisión de Obispos y el Comité eran presididos por el cardenal Ratzinger quien era el responsable ante el Santo Padre.  Era muy emocionante recibir al final de las reuniones en repetidas oportunidades al Santo Padre. En una ocasión lo visitamos en Castel Gandolfo. Durante las reuniones se creaba un clima de gravedad, de responsabilidad y de libertad. El cardenal Ratzinger después de escuchar con interés todo lo que se decía, hacia una síntesis clara y muy útil para los trabajos ulteriores.

 

En qué idioma se escribia?

 

Cardenal Karlic: Se eligió el francés como idioma común para los intercambios y en los encuentros aunque sin excluir el uso de otras lenguas. Y también en la redacción del proyecto. Para la edición típica se eligió el latín que es un idioma muy apto para expresar el misterio cristiano, modelada como latín eclesiástico en la gran tradición del Magisterio, de los santos y de los teólogos. La traducción al latín duro unos cinco años, si bien la presentación del Catecismo ya terminado y aprobado por el Santo Padre se hizo antes de tener la traducción al latín.  Y fue entregado en la versión francesa, italiana y española en diciembre de 1992 en Roma a los representantes de toda la Iglesia, con un nuevo signo de catolicidad, en un acto solemne presidido por el mismo Juan Pablo II.

 

Se ha hablado de un tsunami de secularización y del Vaticano II como una brújula.

 

Cardenal Karlic: El Concilio tuvo consecuencias en la función pastoral, en los códigos de derecho para la Iglesia en oriente y occidente, en la función sacerdotal, en los libros litúrgicos y el orden profético lo tuvo en el Catecismo. Sin dudas como ya dijimos el Catecismo fue un fruto profético del Concilio Vaticano II.

 

¿Algun particular que recuerde?

 

Cardenal Karlic: Recuerdo la alegría del cardenal Ratzinger cuando se terminó de realizar el mismo. En realidad la redacción del Catecismo fue también un ejercicio de fidelidad al amor de Dios que nos amó primero.  

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