Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 27 de agosto de 2021

Cuatro Vientos : Aquella noche inolvidable de 2011 - Sebastian Zagari

 


20/8/2011: LES COMPARTO MI EXPERIENCIA 

Esa noche - la del 20 de agosto de 2011 - fue inolvidable. 

Era el momento culmen de la JMJ, el más esperado: después de haber caminado varios kilómetros para llegar a Cuatro Vientos, comenzaba la vigilia de oración con el Papa, para después dormir ahí bajo las estrellas, y a la mañana siguiente participar de la Misa conclusiva. Pero por un rato pareció que todo se arruinaba: me acuerdo que esa fue mi sensación. 

Después de una tarde de más de 45º de calor, con los bomberos que a cada rato pasaban a refrescarnos, mientras daba inicio la vigilia se comenzaba a armar en el cielo una terrible tormenta de verano. El viento era cada vez más fuerte - precisamente mientras leían el Evangelio y el diácono decía "¡Permaneced en mi amor!", hubo un fuerte vendaval que le voló el solideo a Benedicto, que ya estaba rodeado de paraguas.

Después empezó a llover con mucha fuerza. Estábamos sin ningún reparo - Cuatro Vientos es una base área - y éramos dos millones de personas. Una parte del enorme escenario se venció y los bomberos trataban de repararlo. Nos pedían paciencia y oración. Un poquito después el audio dejó de funcionar. Bajo la tormenta, se seguían escuchando, cantos, aclamaciones, oraciones. Cerca de nosotros algunos empezaron a corear: “¡Juan Pablo II, que pare de llover!”. Fueron así unos 15 o 20 minutos. Parecía que se suspendía.

 Después supimos que al Papa le sugirieron retirarse; su respuesta: “si los jóvenes se quedan, yo me quedo”. La tormenta fue aflojando y la vigilia se pudo retomar. Los ruidos de dos millones de personas se transformaron en el silencio orante de dos millones de personas frente al Santísimo Sacramento - ¡eso fue increíble! – y el Papa, gran maestro de oración, nos puso a todos de rodillas, en silencio, delante de Jesús. Las palabras que resumieron esa experiencia fueron las que dijo Benedicto XVI al terminar:

 “Queridos jóvenes… ¡hemos vivido una aventura juntos!”.

 Y este anciano Papa profesor nos dejó su gran enseñanza, sacada de esa tormenta inesperada:

 “Firmes en la fe en Cristo, han resistido la lluvia… Igual que esta noche, con Cristo siempre podrán afrontar las pruebas de la vida… ¡No lo olviden!”.

  ¿Cómo olvidarse de esa noche, de esa tormenta, de esas palabras? Muchas veces en estos diez años me pasó de sentirme preocupado como esa noche cuando empezaba la tormenta y mirábamos al cielo sin saber qué iba a pasar. Y todas las veces recordé – y todavía recuerdo – las palabras del Papa, como si me las volviera a decir… “Igual que esa noche… también vas a poder afrontar esta prueba con Cristo... No te olvides…”.

 ¡No me olvido! Porque realmente, aquel 20 de agosto de 2011, “¡hemos vivido una aventura juntos!” y aprendimos lo que significaba el lema de esa JMJ:

 “ARRAIGADOS Y EDIFICADOS EN CRISTO, FIRMES EN LA FE”.

 

P. Seba Zagari


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