Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

jueves, 24 de agosto de 2023

El llamamiento de Jasna Gora, (Apel Jasnogórski “un encuentro oracional con María, Reina de Polonia”

 

Maria, Regina mundi,

Maria, Mater Ecclesiae,

Tibi assumus.

Tui memores.

Vigilamus!


 

en español:
Maria, Reina del Mundo,

Maria, Madre de la Iglesia,

Estoy junto a Ti,

Te recuerdo.

Vigilo!


Faltan solo tres días para la festividad de la Reina de Polonia, Nuestra Señora de Jasna Gora, que se celebra el 26 de agosto, pero que en Jasna Gora y en Polonia se recuerda todos los días de manera especial cuando a las 21.00 repican las majestuosas campanas del Santuario y los peregrinos se reúnen en torno a la Virgen Negra para la plegaria del “llamamiento de Jasna Gora” (Apel Jasnogórski) oración nocturna que es acompañada por algunas iglesias y santuarios de Polonia a la misma hora y transmitida por algunas radios (Jasna Gora, Fiat y Radio Maria).


Esta tradicional oración mariana se compone del:
 

- antiguo canto Bogurodzica

- el himno:"¡María, Reina de Polonia; estoy contigo; recuerdo, velo!"

- meditación oracional

- rezo del Santo Rosario

- antifona

- y los llamamientos:

“Reina de Polonia, reza por nosotros!”, ”Madre de la Iglesia, reza por nosotros” seguida por la bendición.

 

La hora de las 21.00 esta ligada a varios hechos ocurridos a esa hora en Polonia, habiendo quedado profundamente grabada en el alma polaca la fecha del 25 de septiembre 1953 cuando fue encarcelado el cardenal Stefan Wyszyński y alli en el Santuario se dio comienzo a las oraciones por su liberación, que se produjo despues de tres años.


Pero el “mayor promotor del Llamamiento de Jasna Góra” dice la pagina oficial de Jasna Gora, fue el Papa Juan Pablo II, quien “nos ha mostrado un profundo sentido evangélico del Llamamiento de Jasna Góra”. “La llamada de Jasna Gora no ha dejado de ser nuestra plegaria y nuestro programa” decía el Papa en su primer visita (4 al 6 de junio de 1979) como Pontífice a la capital espiritual de Polonia. Y en su despedida con profunda emoción expresaba “es verdaderamente inefable el significado de esta peregrinación. No intentaré ni siquiera buscar palabras para expresar lo que ha sido para mi y para todos nosotros…”

 y reiteraba su consagración y su súplica por todo el mundo.


“Madre de la Iglesia de Monteclaro! Una vez más me consagro a Ti "en tu materna esclavitud de amor: Totus tuus! ¡Soy todo tuyo! Te consagro la Iglesia entera, en todas partes, hasta los confines de la tierra. Te consagro la humanidad; te consagro los hombres, mis hermanos. Todos los pueblos y naciones. Te consagro Europa y todos los continentes. Te consagro Roma y Polonia unidas, a través de tu siervo, por un nuevo vínculo de amor.


Madre, ¡acepta!
Madre, ¡no nos abandones!
Madre, ¡guíanos Tú!”

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