Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

jueves, 10 de agosto de 2023

Juan Pablo II y Europa Oriental. ¿Los dos pulmones de la cristiandad? – (4 de 4)

 


La llamada de Fátima y el viento de la renovación

 

El 13 de mayo de 1981 tuvo lugar el intento de asesinato de Juan Pablo II. El gravemente herido Papa fue al hospital y su vida estaba en grave peligro. El hecho que sobrevivió atribuyó a la Virgen María y vinculó con las apariciones en Fátima - especialmente desde cuando conoció el contenido del tercero misterio, que hablaba sobre un asesinato de “un obisbo vestido de blanco”. Dijo: «Gracias a la Virgen María, de nuevo me fue regalada mi vida. Entendí que la única manera de salvar al mundo de guerra, salvar del ateísmo, es la conversión de Rusia en consecuencia con el mensaje de Fátima». Eso fue una referencia a la llamada a una bendición de Rusia expresada en las apariciones de Fátima, que los papas anteriores nunca habían cumplido completamente. Finalmente, en 1984, este evento tuvo lugar según el deseo de Fátima - junto con los obispos de todo el mundo. Cuatro años más tarde la Unión Soviética formalmente rechazó el ateísmo como el principio nacional y empezó a restaurar la libertad religiosa.

 

El viento de la renovación

En la segunda mitad de los años 80. la entera división política vieja temblaba en sus fundamentos. Mijaíl Gorbachov, elegido en 1985 por el puesto de secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, empezó la política de reformaseconómicas y políticas y de calentamiento en las relaciones con el Oeste. El 1 de diciembre de 1989, cuando el sistema comunista en Polonia lanzaba ya su último aliento y en Berlín acababa de caer el muro, que hasta ese momento simbólicamente dividía el mundo, Mijaíl Gorbachov tuvo un encuentro oficial con Juan Pablo II en el Vaticano. Hablaban, entre otras cosas, sobre mantener la paz en Europa y ampliación de la zona de libertad en la URSS. Los medios notaron un momento significativo de ese encuentro, cuando Gorbachov se dirigió a su esposa: «Raísa, te presento Su Santidad, Juan Pablo II, que es la autoridad moral más alta del mundo y, además - como nosotros - es un eslavo».

 

Los cambios y, luego, la caída del sistema, la disolución de la Unión Soviética y la devolución de las libertades civiles en los países anteriormente soviéticos daron una gran esperanza en el Vaticano para un renacimiento religioso en los terrenos que hasta aquel tiempo habían sido hechos estériles por la política de ateización intencional.

 

La introducción de la libertad religiosa en la URSS abrió la puerta para la reconstrucción de las estructuras de la Iglesia. Ya en abril de 1991 fueron creadas unas administraciones apostólicas católicas en Rusia que en 2002 se convirtieron en la estructura diocesana normal. En un tiempo similar fueron también creadas las estructuras en las otras partes de la Unión Soviética. Pero hasta hoy (salvo la tradicionalmente católica Lituania) son unas comunidades pequeñas, a las cuales pertenecen mayormente los descendientes de minorías nacionales.

 

Ya en 1988 empezó el proceso de la reconstrucción de la Iglesia greco-católica ucraniana, que, desde aquel momento, funcionaba legalmente. Gracias a la resistencia floreciente a pesar de las represiones, la jerarquía y las instituciones de esta comunidad de muchos millones fueron reconstruidas rápidamente. Al mismo tiempo también reanimaron otras Iglesias católicas de rito bizantino, como el bielorruso, ruso y ruteno (que funciona principalmente en Cárpato-Rutenia). Durante la existencia de la Unión Soviética, su funcionamiento básicamente se limitaba solo a los entornos emigratorios y, después de su caída, finalmente pudieron funcionar con principios normales. Pero, hasta hoy, no son unas comunidades grandes.

 

El peregrino en el Este

Además de construcción de instituciones y creación o recreación de jerarquía, el Papa quería visitar los países del Este cristiano. Durante la peregrinación a Polonia en 1991 expresó este deseo visitando p.ej. Przemyśl, que, en este tiempo, todavía estaba en la diócesis que era un trozo de la anterior metrópolis de Leópolis. Se dirigió también a los jóvenes de la Unión Soviética, que habían llegado en grandes cantidades a la Jornada Mundial de la Juventud en Częstochowa en agosto de ese año. Poco después de la caída de la Unión Soviética, visitó los países bálticos, incluso la Lituania católica. En 1999, fue a Rumania después de ser invitado por el patriarca ortodoxo y, durante su siguiente peregrinación a Polonia (en el mismo año), beatificó a los Mártires de Pratulin. Finalmente, en 2001, tuvo lugar la peregrinación a Ucrania (y también a Kazajistán y Armenia) - la única realmente grande comunidad greco-católica.

 

Pero Juan Pablo II, a pesar de su gran deseo, nunca visitó Rusia. Una invitación así fue mandada a él en 1988, para la ocasión de las celebraciones del Milenio del Bautismo de Rus. El Papa rechazó la invitación, dando la condición que la Iglesia greco-católica sea legalizada de nuevo. Borís Yeltsin, el presidente de Rusia en los años 90. le invitó luego una vez más. Esa vez Juan Pablo II no aceptó la invitación porque esperaba que le invitara la jerarquía ortodoxa. Pero la jerarquía parecía reacia, aún en los años cuando el diálogo parecía ir en la buena dirección. Esa actitud venía de la oposición al soporte del Vaticano a las Iglesias greco-católicas y el establecimiento de la administración católica en Rusia. Eso fue consecuentemente recibido por la Iglesia ortodoxa como una ofensa, en vez de como la realización de la libertad religiosa o una prueba de regulación del estado de hecho y, finalmente, eso llevó a la ruptura completa del diálogo ecumenico. El Papa hasta el fin de su vida intentaba mejorar las relaciones, pero no logró amortiguar la actitud ortodoxa incluso por unos gestos simbólicos de la buena voluntad, como por ejemplo la devolución de la copia del icono de la Nuestra Señora de Kazán a la Iglesia ortodoxa de Rusia en 2004. Y a pesar del hecho que, después de la muerte de Juan Pablo II, el diálogo ecumenico fue renovado, los siguientes papas todavía no lograron cumplir su sueño de la peregrinación a Rusia.

 Fuente:JP online

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