Recordamos hoy la primera aparición
en el balcón central de la Basílica Vaticana del nuevo Pontifíce Benedicto XVI, aquel martes 19 de abril de 2005, después de su elección.
Estas fueron sus palabras al mundo con ocasión de su bendición apostólica "Urbi et Orbi":
en :
“Queridos hermanos y hermanas:
después del gran Papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a
mí, un simple y humilde trabajador de la viña del Señor.
Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con
instrumentos insuficientes, y sobre todo me encomiendo a vuestras oraciones.
En la alegría del Señor resucitado, confiando en su ayuda continua, sigamos
adelante. El Señor nos ayudará y María, su santísima Madre, estará a nuestro
lado. ¡Gracias!”
Gracias Papa Benedicto por haber
enriquecido a la Iglesia con tu sabiduría y tu humildad!
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