El
arzobispo Mokrzycki dice que no recuerda mucho de las peregrinaciones junto a
Juan Pablo II. Siempre había muchísimo
trabajo. Todo ocurría muy de prisa. Estabamos tan concentrados en el Santo
Padre y que todo se desarrollara de acuerdo al programa que es difícil recordar
situaciones especificas, gestos o palabras. Pero recuerda mejor las
peregrinaciones a Polonia. Mokrzycki acompaño a Juan Pablo II durante sus
últimos tres viajes.
Aquellos
viajes a Polonia los vivía de manera diferente a otros viajes el Santo Padre?
El no lo
demostraba, pero creo que espiritualmente estas peregrinaciones eran para el algo
más fáciles porque iba hacia una realidad
más cercana y que conocía mejor.
Regresaba
a casa?
Si regresaba a
casa!
Pero
en casa no todo estaba ocurriendo como el hubiese querido. Probablemente no le
fuera muy fácil….
Es verdad, no tan
fácil, pero de todas maneras los viajes a Polonia eran para el Santo Padre motivo
de gran alegría. Eran contactos con la tierra, los amigos y lugares de su
juventud que había tenido que había tenido que dejar años atrás. El Santo Padre
siempre se preparaba minuciosamente para estos viajes. Estaba al tanto de todo
porque recibía muchas visitas de Polonia y almorzaba con obispos polacos los
domingos. Sabía todo y por esa razón le era más fácil preparar homilías ay
discursos. Y, como sabemos, siempre iba al fondo del tema.
Como
en el Parlamento…
Esa fue una reunión
importante. Era importante tanto para los políticos como para el pueblo
polaco. Fueron momentos muy emotivos
para el Santo Padre. Iba allí por
primera vez. Sabía que tendría que señalar a los políticos con el dedo por eso
muchos de ellos dejaron de escucharle y no lograban comprender lo
importante. Asi que les recordó las obligaciones de la
conciencia moral, lo que debería motivar a un hombre al servicio de la política,
y que valores debían defender. Habló de
democracia sin valores y de totalitarismo encubierto. Recuerdo que estaba muy emocionado porque un
poco antes había bendecido un monumento dedicado al ejército doméstico polaco.
Creo que lo menciono en su discurso. El
consideraba de altísimo valor humano, histórico y social el heroísmo de aquella
lucha por la libertad. Era penoso para
el que los políticos polacos no apreciaran ese valor y que no eran capaces de
usar el don de la libertad.
El
arzobispo Mokrzycki recuerda que cuando estaban organizando la visita a
Polonia, el Santo Padre le decía por ejemplo: “todavía no fui a esta o aquella diócesis”.
Y los organizadores debían devanarse los sesos para encontrar una oportunidad
propicia para que Juan Pablo II visitara esa diócesis. Siempre
escogíamos alguna ocasión puntual: algún aniversario de fundación de una diócesis
o una beatificación. Eran los factores ordinarios que decidían acerca de la
visita. Durante la peregrinación de 1999, el Santo Padre visitó diócesis a las
cuales nunca había ido antes. Entre otras fue a Pelplin, Elbląg, Licheń, Bydgoszcz,
Toruń, Ełk, Wigry, Siedlce,
Drohiczyn, Sandomierz, Zamość, Łowicz , Fue un viaje muy
interesante.
Traducido de He liked Tuesdays best - Arzobispo
Mieczyslaw Mokrzycki/Brygida Grysiak, publicado por F&T
Press/WydawnictzwoM, Polonia
No hay comentarios:
Publicar un comentario