Sin dudas un drama humanitario pocas veces visto en los últimos años,
aunque ya el año pasado (2014) la BBC lo consideraba el año con más desplazados de nuestra era: 1.175.504 en Líbano, 832.508 en Turquía, 613.252 en Jordania, 215.369 en Irak, 139.090 en Egipto, 23.367 en el norte de África y 6,5 millones eran los desplazados
dentro del país, casi la mitad de los habitantes de Siria. Había dicho entonces
el presidente francés Francois Hollande que
"Occidente ha fallado al encontrar una solución para la situación en
Siria". Evidentemente ha fallado y ahora nos encontramos con una situación
a este momento totalmente incierta. Una marea humana que se mueve
de país en país tratando de abrirse puertas. En medio de ellos verdaderos traficantes humanos, que aprovechan
la situación, con engaños y promesas a medio cumplir. Frente a todos ellos un mundo que mira absorto lo que está ocurriendo,
hombres, mujeres y niños huyendo de la
destrucción hacia un mundo mejor, más provisto, más democrático, más vivible y
con mayores oportunidades.
El papa Francisco ha sido muy claro fijando la posición y las metas de laIglesia católica, llamando a la puerta de nuestros corazones:
«Una de las tragedias humanas más sobrecogedoras de las
últimas décadas es la de las terribles repercusiones del conflicto en Siria e
Irak sobre la población civil, así como en el patrimonio cultural. Millones de
personas se encuentran en un estado preocupante de urgente necesidad, obligadas
a abandonar sus países de origen. Líbano, Jordania y Turquía cargan hoy con el
peso de millones de refugiados, a los que han acogido con generosidad. Frente a
este escenario y a los conflictos que se expanden y perturban de forma
inquietante los equilibrios internos y los regionales, la comunidad
internacional parece incapaz de encontrar respuestas adecuadas, mientras que
los traficantes de armas continúan lucrando y las atrocidades y las violaciones
inauditas de los derechos humanos que caracterizan estos conflictos, son
difundidas en directo por los medios de comunicación. Por lo tanto, están ante
los ojos del mundo entero. Nadie puede pretender que no lo sabe. Todos son
conscientes de que esta guerra pesa cada vez más de forma insoportable sobre
los hombros de los pobres. Tenemos que encontrar una solución, que nunca es la
violencia, porque la violencia sólo genera nuevas heridas.''
En consonancia con el sentir
cristiano hemos visto la postura ejemplar de la Iglesia alemana y la respuesta
de la sociedad civil – la Alemania luminosa la llama Marta Salazar en su blog
y la apertura de algunos gobiernos, pero también la cerrazón de otros ignorando una realidad: la
composición de una sociedad que ya de hecho es multicultural, producto de otra marea de migrantes antes y después de
la 2da Guerra Mundial que ha escupido de su terruño a ricos y pobres por igual
por una u otra razón, que huían entonces de la tempestad que azotaba el mundo. Cambiará esta nueva ola de migrantes el rostro
de Europa? Es probable, no lo sabemos,
lo que si sabemos que ya Europa no volverá a ser la misma: Europa despertando
de su letargo? Quizás sentimientos ocultos que esperaban
la ocasión para emerger? No hay dudas, una buena parte de Europa está
abriendo su corazón aún a riesgo de su
propia existencia tal como estamos acostumbrados a verla, lo cual no quiere
decir peor, sino diferente.
También la Iglesia eslovena en
palabras del Arzobispo de Ljubljana Stane Zore ha sido muy explícita: “en
cuanto al tema de los refugiados estamos hablando de nuestro examen de
humanidad…..está en juego nuestro propio humanismo y no hay cabida para forma
alguna de hostilidad u objeción ni en la sociedad, ni en la iglesia. Debemos prestarle ayuda a quien se presenta ante nuestra puerta …..primero compartamos el pan y recién después
tratemos de entablar relaciones, sin hacer diferencias.” Recordó además Mons.
Zore que, por otro lado, no debemos
olvidarnos del hecho, que en el Cercano Oriente en Egipto y en muchos otros
países los cristianos son blanco de fanatismo religioso e intolerancias y que
se trata de un claro intento de borrar la presencia católica en aquellas tierras,
directamente un genocidio. La Comisión
Justicia y Paz se preocupa en brindarle ayuda y apoyo a todos, pero en especial
a los refugiados o sea a todos aquellos que son víctimas de intolerancias
religiosas, culturales y étnicas.” Los países europeos deberán establecer
pautas claras y urgentes para diferenciar éstos de los migrantes económicos, y
darle prioridad a los primeros.
Mons. Zore además advirtió que ante
una gran cantidad de migrantes en nuestro país inevitablemente se elevarán
quejas, surgirán opiniones, dudas y posiciones de todo tipo y por eso es
importante responder a todos objetiva, sincera y honestamente…. La crisis
migratoria es, por otra parte, una
oportunidad para que nuestro país reflexione acerca de las trágicas
consecuencias del tráfico de armas, de
las intervenciones militares, de las políticas económicas injustas, pobreza y
corrupción, que en el trasfondo empujan a conflictos, y guerras civiles. Y
también una oportunidad para decidirnos a exigir medidas más concretas ante quienes
buscan sacar ganancias por cuenta de los refugiados exponiéndolos a menudo a la
explotación, a un peligro de vida y a la muerte.
Valiente y decidida la postura de la Iglesia eslovena ante una
sociedad civil que no logra reencontrarse, y un poder político heredero del antiguo
régimen, bajo la semblanza de un gobierno democrático – democrático si porque
fue votado, pero son aún demasiadas las facetas oscuras que
predominan en parte de la sociedad civil y política.
Tiempos nuevos? Negligencias que pudieron ser previstas? Planes desconocidos de países vecinos u otras
fuerzas? Puede ser, sin embargo son tiempos de decisiones y conceptos claros, no
hay lugar para tibiezas. Finalmente todo se resume en pocas enseñanzas: “Tuve
hambre y me diste de comer…. Y las bienaventuranzas…” tal como aconsejó en Rio el Papa
Francisco en el encuentro con los jóvenes argentinos
Cuando respondiendo a inquietudes les decia: “¿Qué tenemos que hacer, Padre? Mira, lee
las bienaventuranzas que te van a venir bien. Y si querés saber qué
cosa práctica tenés que hacer, lee Mateo 25, que es el protocolo con el cual
nos van a juzgar. Con esas dos cosas tienen el programa de acción: Las
bienaventuranzas y Mateo 25. No necesitan leer otra cosa.”
Invito leer el artículo de Marta Salazar Nuestroshermanos los refugiados
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