En una visita al semanario católico polaco
“Niedziela” el “fotógrafo
del Papa” Arturo Mari le confia al
Director del semanario, el padre Ireneusz Skubis, escenas conmovedoras de su vida
al lado del beato Juan Pablo II.
A la pregunta de:
Entre tantos encuentros con el Santo Padre cual es
el que más recuerda? del padre Skubis, Arturo Mari en un testimonio fuerte y estremecedor, responde:
“Es difícil decirlo. Sus momentos más emotivos
fueron aquellos con los niños. Pero el encuentro que me conmovió mucho fue la
visita de Juan Pablo II a la isla de los leprosos. Fue durante su visita pastoral a Corea del
Sur (1984) El Cardenal Kim,. Arzobispo de Seul quería limitar la visita del Santo Padre y excluir
entre otros aquel encuentro. Pero Juan Pablo II no quiso renunciar a nada. Volamos en helicóptero a la isla
poblada solamente por leprosos. Después del saludo de los niños el cardenal
invito al Papa a un edificio blanco grande. La visita estaba programada para
dentro de algunos minutos. Acorde con mi trabajo yo me adelante un poco. Entré
al edificio y cubrí mi cara con mis manos. Me arrodille y comencé a orar. No
podía hacer mi trabajo….El Santo Padre llegó, miró, cayó sobre sus rodillas y
se quedo rezando durante 8 minutos. Luego se levanto. El protocolo del
encuentro establecía que el Papa dijese
algunas palabras y diera su bendición. Pero él se dirigió directamente hacia
los leprosos. El Cardenal Kim trato de detenerlo. Sin embargo, el Santo Padre
rechazo la mano del cardenal con un
gesto decidido y se encaminó hacia ellos.
Se encontró con 800 leprosos, con cada uno de ellos, tocando sus rostros
y besándoles. Usted comprende lo que es
ser leproso: alguien sufriendo de esa enfermedad no tiene ojos, nariz o cara –
se le ve solamente una boca deformada.
Todo el cuerpo esta deteriorado, casi corrupto, las manos encorvadas,
torcidas. Lo digo porque a menudo vemos descripciones falsas de su situación.
Lo recuerdo muy bien, también en mi corazón.”
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