Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

miércoles, 30 de enero de 2013

Juan Pablo II y los enfermos de lepra (1 de 4 )


La lepra,  conocida también como la enfermedad de Hansen es una enfermedad tan antigua como el mundo, prácticamente desaparecida  de los países europeos,  pero activa mayormente en países o zonas pobres.    Hasta no hace tanto tiempo los enfermos no solo eran tratados como parias sino que además eran objeto de experimentos por  desconocimiento de las características y cura de la  enfermedad.   Hoy se sabe  que la lepra es de difícil contagio, existen medicamentos  muy eficaces que permiten que el tratamiento sea ambulatorio y en la gran mayoría de los casos la cura es total. La Organización Mundial de la Salud informa que de los 5,1 millones de casos en 1985, la cifra descendió a 805.000 en 1995,  a 753.000 a fines de 1999 y a 181.941 en 2011, otras fuentes citan cerca de 220.000.


Un santo hombre que se dedico a los enfermos de la lepra fue el Padre Damián de Molokai, beatificado por Juan Pablo II en 1995 y canonizado por el Papa Benedicto XVI en el 2009. Dicen que la Beata Teresa de Calcuta presento al Papa Juan Pablo II más de un millón de firmas de leprosos pidiéndole la beatificación de quien es ahora el  Santo de los leprosos Jozef Van Veuster, Padre Damián.




En el extenso viaje de 10 días realizado en el mes de mayo de 1980 Juan Pablo II quiso que su última visita en África fuera dedicada a los enfermos de lepra y asi el 12 de mayo visito la leprosería de Adzope en la Costa de Marfil.  Desde allí visitaba en espíritu a a todos los leprosos y enfermos del país y de toda África.
En 1990 Juan Pablo II visito el leprosorio de Cumura (Guineau Bissau) en una activísima visita apostólica (39 mensajes) a Cabo Verde, Guinea Bissau,  Malí, Burkina Faso y Chad (25 de enero - 1 de febrero) .

En ese Mensaje el Papa recordaba que “en la antigua tradición bíblica la curación de la lepra estaba asociada al concepto de purificación, como queriendo recordar que para ser completamente erradicada la humanidad debía purificarse de las múltiples formas de egoísmo y de indiferencia al dolor del otro,  que perturban el espíritu.  Cuando el corazón de todos se abra mas generosamente a las necesidades del hermano – decía el Papa - , se librarán por cierto también de este mal  Si el extraordinario progreso de la ciencia y de la técnica se pone sin reservas al servicio del hombre, mediante los dones divinos de la inteligencia y de la gracia serán instrumentos de las virtudes sanativas de Jesús, médico de almas y de cuerpos.”

Pero la visita del papa Juan Pablo II que evidentemente marcó historia con los enfermos de lepra fue la de Sorokdo, esa pequeña isla en la costa sudoeste de Corea,


 con una colonia de leprosos de más de 100 años.  Los enfermos fueron alojados allí después de haber sido marginados y menospreciados por la sociedad.  La Isla de Sorokdo se conectaba con la península solamente por medio del servicio de ferry.  La colonia creció rápidamente hasta albergar un máximo de 6.000 pacientes, abarrotados en pequeñas barracas sujetos a una férrea disciplina y con prohibición de abandonar la isla.  El hospital aun sigue activo y alberga pocos pacientes casi todos mayores de 60 años.  Ahora la isla cuenta con un puente de acceso  inaugurado en el 2009, pero los enfermos siguen necesitando un permiso de su médico para abandonar el lugar.  El lugar se puede visitar, pero debe tenerse en cuenta que toda la isla es considerada un hospital y que por lo tanto hay partes abiertas al público y otras de acceso restringido. (hay mas fotografías eneste sitio) 
Mas fotografías aquí.

La visita del papa Juan Pablo II a la isla de Sorokdo esta magníficamente documentada en  tres emocionantes testimonios, que publico en tres posts por separado,  con palabras de Arturo Mari, Joaquin Navarro Valls y J.L. Martin Descalzo. Los testimonios de Navarro Valls y Martin Descalzo fueron publicados por el diario ABC. El testimonio de Arturo Mari es parte de una entrevista que le realizara el semanario católico polaco Niedziela:

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