La lepra, conocida también como la
enfermedad de Hansen es una enfermedad tan antigua como el
mundo, prácticamente desaparecida de los
países europeos, pero activa mayormente en
países o zonas pobres. Hasta
no hace tanto tiempo los enfermos no solo eran tratados como parias sino
que además eran objeto de experimentos por desconocimiento de las
características y cura de la enfermedad.
Hoy se
sabe que la lepra es de difícil
contagio, existen medicamentos muy eficaces
que permiten que el tratamiento sea ambulatorio y en la gran mayoría
de los casos la cura es total. La Organización Mundial de la Salud informa que de los 5,1 millones de casos en 1985, la cifra descendió a 805.000
en 1995, a 753.000 a fines de 1999 y a
181.941 en 2011, otras fuentes citan cerca de 220.000.
Un
santo hombre que se dedico a los enfermos de la lepra fue el Padre Damián de
Molokai, beatificado por Juan Pablo II en 1995 y canonizado por el Papa
Benedicto XVI en el 2009. Dicen que la Beata Teresa de Calcuta presento al Papa
Juan Pablo II más de un millón de firmas de leprosos pidiéndole la beatificación
de quien es ahora el Santo de los
leprosos Jozef Van Veuster, Padre Damián.
En el extenso viaje de 10 días realizado en el mes de mayo de 1980 Juan
Pablo II quiso que su última visita en África fuera dedicada a los enfermos de
lepra y asi el 12 de mayo visito la leprosería de Adzope en la Costa de Marfil.
Desde allí visitaba en espíritu a a todos
los leprosos y enfermos del país y de toda África.
En 1990 Juan Pablo II visito el leprosorio de Cumura (Guineau Bissau) en
una activísima visita apostólica (39 mensajes) a Cabo
Verde, Guinea Bissau, Malí, Burkina
Faso y Chad (25 de enero - 1 de febrero) .
Alli el 28 de junio entrego
su Mensaje para el Dia Internacional de los enfermos de lepra
En ese Mensaje el Papa recordaba que “en la antigua tradición bíblica la
curación de la lepra estaba asociada al concepto de purificación, como
queriendo recordar que para ser completamente erradicada la humanidad debía
purificarse de las múltiples formas de egoísmo y de indiferencia al dolor del
otro, que perturban el espíritu. Cuando el corazón de todos se abra mas
generosamente a las necesidades del hermano – decía el Papa - , se librarán por
cierto también de este mal Si el
extraordinario progreso de la ciencia y de la técnica se pone sin reservas al
servicio del hombre, mediante los dones divinos de la inteligencia y de la
gracia serán instrumentos de las virtudes sanativas de Jesús, médico de almas y
de cuerpos.”
Pero la visita del papa Juan Pablo II que
evidentemente marcó historia con los enfermos de lepra fue la de Sorokdo, esa
pequeña isla en la costa sudoeste de Corea,
con una colonia de leprosos de más
de 100 años. Los enfermos fueron
alojados allí después de haber sido marginados y menospreciados por la sociedad. La Isla de Sorokdo se conectaba con la península
solamente por medio del servicio de ferry. La colonia creció rápidamente hasta albergar
un máximo de 6.000 pacientes, abarrotados en pequeñas barracas sujetos a una férrea
disciplina y con prohibición de abandonar la isla. El hospital aun sigue activo y alberga pocos pacientes
casi todos mayores de 60 años. Ahora la
isla cuenta con un puente de acceso inaugurado
en el 2009, pero los enfermos siguen necesitando un permiso de su médico para
abandonar el lugar. El lugar se puede visitar, pero debe tenerse
en cuenta que toda la isla es considerada un hospital y que por lo tanto hay
partes abiertas al público y otras de acceso restringido. (hay mas fotografías eneste sitio)
Mas fotografías aquí.
La visita del papa Juan Pablo II a la isla de
Sorokdo esta magníficamente documentada en tres emocionantes testimonios, que publico en
tres posts por separado, con palabras de
Arturo Mari, Joaquin Navarro Valls y J.L. Martin Descalzo. Los testimonios de
Navarro Valls y Martin Descalzo fueron publicados por el diario ABC. El testimonio de Arturo Mari es parte de una
entrevista que le realizara el semanario católico polaco Niedziela:
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