“…ahora me viene al corazón la frase de Jesús:
«El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra» (Jn 8,7). ¡La conocéis bien! ¿Y saben qué suelo hacer yo en
los sermones cuando hablo de que todos tenemos algo adentro o por debilidad, o
porque siempre caemos, o lo tenemos muy escondido? Le digo a la gente: A ver,
todos somos pecadores, todos tenemos pecados. No sé, ¿acá hay alguno que no
tiene pecados?. Levante la mano. Ninguno se anima a levantar la mano. Él
nos invita, Jesús, a dejar la lógica simplista de dividir la realidad en buenos
y malos, para ingresar en esa otra dinámica capaz de asumir la fragilidad, los
límites e incluso el pecado, para ayudarnos a salir adelante…
…Estar privadas de la libertad… no es sinónimo de pérdida de sueños y de
esperanzas. Es verdad, es muy
duro, es doloroso, pero no quiere decir perder la esperanza, no quiere decir
dejar de soñar. Ser privado de la libertad no es lo mismo que el estar privado
de la dignidad, no, no es lo mismo. La dignidad no se toca a nadie, se cuida, se
custodia, se acaricia. Nadie puede ser privado de la dignidad. Ustedes están
privadas de la libertad. De ahí que es necesario luchar contra todo tipo de
corsé, de etiqueta que diga que no se puede cambiar, o que no vale la pena, o
que todo da lo mismo. Como dice el tango argentino: “dale que va, que todo es
igual, que allá en el horno nos vamos a encontrar..”. No es todo lo mismo, no
es todo lo mismo. Queridas hermanas, ¡no! Todo no da lo mismo. Cada esfuerzo
que se haga por luchar por un mañana mejor —aunque muchas veces pareciera que
cae en saco roto— siempre dará fruto y se verá recompensado..”
(Papa Francisco en su breve visita al Centro Penitenciario
Femenino, Santiago de Chile, 16 de enero de 2018)
VIAJE APOSTÓLICO DE SU SANTIDAD FRANCISCO A CHILE Y PERÚ
(15-22 DE ENERO DE 2018)
(15-22 DE ENERO DE 2018)
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