(Imagen de Wikipedia)
La adoracion de los reyes - El Greco
Los reyes ante el Rey para aprender el estilo de Dios
“Entraron en la casa (sobre la que se
había detenido la estrella), vieron al niño con María, y cayendo de
rodillas lo adoraron" (Mt 2, 11). El camino exterior de aquellos hombres terminó.
Llegaron a la meta. Pero en este punto comienza un nuevo camino para ellos, una
peregrinación interior que cambia toda su vida….
El nuevo Rey ante el que se postraron en adoración era muy
diferente de lo que se esperaban. Debían, pues, aprender que Dios es diverso de
como acostumbramos a imaginarlo.
Aquí comenzó su camino interior. Comenzó en el
mismo momento en que se postraron ante este Niño y lo reconocieron como el Rey
prometido. Pero debían aún interiorizar estos gozosos gestos. Debían
cambiar su idea sobre el poder, sobre Dios y sobre el hombre y así cambiar
también ellos mismos. Ahora habían visto: el poder de Dios es diferente
del poder de los grandes del mundo. Su modo de actuar es distinto de como lo
imaginamos, y de como quisiéramos imponerlo también a él. En este mundo, Dios
no le hace competencia a las formas terrenales del poder. No contrapone sus
ejércitos a otros ejércitos. Cuando Jesús estaba en el Huerto de los olivos,
Dios no le envía doce legiones de ángeles para ayudarlo (cf. Mt 26,
53). Al poder estridente y prepotente de este mundo, él contrapone el poder
inerme del amor, que en la cruz -y después siempre en la historia- sucumbe y,
sin embargo, constituye la nueva realidad divina, que se opone a la injusticia
e instaura el reino de Dios. Dios es diverso; ahora se dan cuenta de ello. Y
eso significa que ahora ellos mismos tienen que ser diferentes, han de aprender
el estilo de Dios. “
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