Del saludo del Papa JuanPablo II a la querida imagen de Nuestra
Señora del Perpetuo Socorro en la capilla de la santa Cruz en la iglesia
parroquial de su pueblo natal Wadowice, durante el viaje apostolico a Polonia en 1999.
«Sub tuum
praesidium...». Bajo tu amparo nos acogemos, oh María.
A tu
amor materno encomendamos el futuro de cada uno de nosotros, de nuestras
familias y de toda la sociedad.
No
desoigas la oración de tus hijos necesitados; antes bien, líbranos de todo
peligro.
María,
alcánzanos la gracia de la fe, de la esperanza y de la caridad, para que,
siguiendo tu ejemplo y bajo tu guía, llevemos al nuevo milenio el testimonio
del amor del Padre, de la muerte redentora y de la resurrección del Hijo, y la
acción santificadora del Espíritu Santo.
Permanece
con nosotros siempre.
Oh
Virgen, gloriosa y bendita. Señora nuestra, Abogada nuestra, Mediadora nuestra,
Consoladora nuestra, Madre nuestra. Amén.
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