Recuerdos de aquellos inolvidables dias de abril 2014. Eternamente agradecida
Cambio de hotel el miércoles,
con la consiguiente pérdida de tiempo, pero ahora estoy más cerca de la Basílica de San Pedro y
pude llegar bien a la
Audiencia del Papa Francisco. El Santo Padre suele recorrer
la plaza antes de comenzar la
Audiencia, así que traté de ir lo más temprano posible, pero
sin la más mínima esperanza de verlo pasar cerca….pero oh sorpresa cuando
escuché que los murmullos y gritos iban en aumento me di cuenta sorprendidísima
que se estaba acercando…que emoción verlo de tan cerca a nuestro Arzobispo
Jorge Bergoglio vestido de blanco….se siente algo diferente que verlo en las
fotografías… después de haber canonizado a dos grandes Papas de la Iglesia: a un maestro y un
discípulo fiel del Concilio Vaticano II.
La Audiencia
del Papa Francisco fue la 2da en la serie de las catequesis sobre los
dones del Espíritu Santo. Lamentablemente vi que la gente en la plaza tenía
más ganas de verlo que de escucharlo, pues cuando se dispuso a hablar el
interés había disminuido. Es que escuchar en cierta manera significa
reflexionar, comprometerse, tratar de seguir las enseñanzas, ponerlas en
práctica… una tarea más ardua y comprometedora que aplaudir, gritar,
emocionarse por verlo, clickear y clickear hasta el cansancio para obtener las
mejores fotografías…. Terminada la audiencia la acostumbrada bendición de los
objetos religiosos y la bendición para los presentes y sus familias,
extensiva a todos aquellos que llevamos en nuestros corazones, así que
en la bendición consideré incluidos todos aquellos que visitan este
blog.
Los polacos siguen en Roma, da alegría
verlos. Llena el corazón. Ellos siguen disfrutando la visita a la ciudad eterna
transmitiendo un gozo contagioso a quienes los ven pasar en grupos procedentes
de las más diversas regiones y parroquias de Polonia. Quizás algunos puedan
quedarse hasta el domingo cuando el Papa Francisco celebre Misa en la Iglesia de San Estanislao,
la iglesia de los polacos en Roma…no querrán irse de Roma sin ver bien de cerca
al Papa que con
motivo de la canonización de su compatriota lesdiera las gracias al pueblo
polaco y a la iglesia en Polonia por el don de Juan Pablo II, don del cual
nos enriquecemos todos, como decía en su mensaje y agregaba “Juan Pablo II
continua inspirándonos. Nos inspiran sus palabras, sus escritos, sus gestos, su
estilo de servicio. Nos inspira su sufrimiento vivido con una esperanza
heroica. Nos inspira su confianza total en Cristo, Redentor del hombre, y
a la Madre de
Dios.”
Hasta el miércoles todavía no
había podido entrar a la
Basílica de San Pedro ni rezar ante la tumba de Juan Pablo
II. La fila para entrar seguía siendo interminable durante todo el día
abrazando la plaza y por momentos llegando a verse envuelta en caracol hacia el
centro. Ahora que estaba en un hotel más cerca se me hacía más fácil ir
temprano por la mañana, asi que finalmente fui el último día de mi estada en
Roma, el jueves. Las tumbas de los nuevos santos han quedado en el mismo lugar
: Juan Pablo II en la capilla de San Sebastián y Juan XXIII debajo del
altar de San Jerónimo. Y allí fui a visitar al Papa de la familia (por
Juan Pablo II) y al Papa de la docilidad del Espíritu santo (por el Papa Juan
XXIII), como los llamara el Papa Francisco en su solemne
homilía decanonización.
“Dos hombres valerosos, llenos
de la parresia del Espìritu Santo, que dieron testimonio ante la Iglesia y el mundo de la
bondad de Dios, de su misericordia, que fueron sacerdotes y obispos y papas del
siglo XX, que conocieron sus tragedias, pero no se abrumaron. En ellos, Dios
fue más fuerte: fue más fuerte la fe en Jesucristo Redentor del hombre y Señor
de la historia; en ellos fue más fuerte la misericordia de Dios…”
Ir temprano significa a veces
también tener que esperar adentro para acercarse un poco mas detrás de las
vallas, porque temprano suele haber misas “privadas” como le llaman a las misas
de diferentes grupos que solicitan el correspondiente permiso. Viendo que no
podría acercarme asistí primero a Misa en la capilla del Santisimo Sacramento,
que fue en realidad una misa solemne, cantada en parte por el sacerdote
celebrante. Terminada ya pude arrodillarme cerca de la tumba y rezar allí
el rosario, esa oración “predilecta” de Juan Pablo II, y también tomar algunas
fotografías.
Como reflexión última me queda
el título del libro de Tito Garabal, ese testimonio tan espontáneo, profundo y
personal de la visita de Juan Pablo II a Uruguay, Chile y Argentina en 1987, el
año de la JMJ en la Argentina: El viaje
empieza ahora…. Y de las palabras que Tito Garabal agrega el comienzo de su
libro citando al Papa que en perfecto castellano le dice: “ahora hay que
comprometerse y trabajar en la evangelización. Son una Iglesia y un pueblo
jóvenes, con mucho futuro. Deben asumir cada una de las palabras con el
corazón. Ahí esta el camino: deben comprometerse y trabajar mucho”.
Palabras de un Papa que al llegar entonces a la Argentina nos dijo en su
primer discurso que
venía para “…que la semilla del evangelio penetre más profundamente en todos
los ambientes de esta noble y fecunda tierra argentina”
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