Recuerdos de aquellos inolvidables dias de abril 2014. Eternamente agradecida
A la muerte de Juan
Pablo II nos parecía tan lejano aquel Santo Súbito.... Y ahora
es casi difícil creer que nuestro Papa contemporáneo, que vivió entre
nosotros, nos visito, nos alentó....ya sea declarado santo, un santo
entre otros santos.....mientras en nuestros oídos todavía resuena aquel Abrid
las puertas a Cristo!! entre sus primeras palabras oficiales.
Esta vez no tuve el
privilegio de lugar que habíamos tenido para la ceremonia de beatificación.
Nada más apropiado que las palabras de Jesús ante la duda de Tomás en el
Evangelio del domingo: "porque me has visto has creído, dichosos los que
creen y no me han visto." Desde una terraza una excelente vista de la
plaza, pero mala acústica y no muy buena vista del altar. La organización fue
muy diferente a la ceremonia de beatificación, seguramente porque se esperaba
mucha más gente, al menos eso decían los medios. Se hablaba de millones
..... La austeridad de la ceremonia molesto a algunos, austeridad que se
notó en el adorno del altar y también en las imágenes: utilizada la misma de
Juan Pablo II que para la beatificación (de Gregory Galacka) adaptando al
estilo la de Juan XXIII. Austeridad también en la ciudad, sin tantos
posters como para la beatificación.
Para la ceremonia se
pidió bajar carteles y no flamear banderas, pero algunos polacos se
hicieron los distraídos. Como podrían no festejar aunque se tratase de una
ceremonia tan solemne! (Estos días por Roma no hace falta preguntar a alguien
si es polaco, se le ve en el rostro!)
Entre la diversa
actividad en torno a la canonización, también un discurso de Lech Walesa que
tratare de traducir a
mi regreso; muchas de estas actividades exclusivas para gente de prensa e
invitados especiales (blog Joan's Rome EWTN - en inglés).
Hay pocas cosas que
me estremecen tanto como el escuchar Aprite le porte a Cristo, el himno
al Beato Juan Pablo II cantado antes de comenzar la ceremonia, precedido por la
coronilla de la
Divina Misericordia. muy solemne también las letanías a todos
los santos, santos a los cuales se agregan los dos nuevos santos: el Papa
de la docilidad al Espíritu santo - como llamo el Papa
Francisco al Papa Juan XXIII en su homilìa
- y "Juan Pablo II el Papa de la familia."
San Juan XXIII y san Juan Pablo II - decia el Papa
Francisco - - "tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús,
de tocar sus manos llagadas y su costado traspasado. No se avergonzaron de
la carne de Cristo, no se escandalizaron de él, de su cruz; no se avergonzaron
de la carne del hermano (cf. Is 58,7), porque en cada persona que sufría
veían a Jesús. Fueron dos hombres valerosos, llenos de la parresia del
Espíritu Santo, y dieron testimonio ante la Iglesia y el mundo de la bondad de Dios, de su
misericordia. Fueron sacerdotes y obispos y papas del siglo XX. Conocieron sus
tragedias, pero no se abrumaron. En ellos, Dios fue más fuerte; fue más fuerte
la fe en Jesucristo Redentor del hombre y Señor de la historia; en ellos fue
más fuerte la misericordia de Dios que se manifiesta en estas cinco llagas; más
fuerte, la cercanía materna de María."
Por la tarde los
polacos tuvieron su propia Misa de acción de gracias, anticipándose a la Misa oficial de hoy, en el
Santuario de la
Divina Misericordia. Accidentalmente (si es que existen las
casualidades) estuve tan adelante que pude observar los rostros radiantes de
los sacerdotes polacos concelebrantes. No los conté pero serían cerca de 15.
Durante esta Misa pasó algo muy extraño: al fondo de la Iglesia (no lo vi, sólo lo
escuche) de repente se escucho un grito desgarrador, al menos tres o
cuatro veces, un grito furioso que me recordó lo que había leído del padre
Amorth. Fue una experiencia muy fuerte, algo que nunca había escuchado. A los
sacerdotes concelebrantes no les fue indiferente, se les notaba en el rostro.
Y yo pensé, para mi, nada extraño, justo durante la misa polaca.....
Ayer fue el día de
las tres Misas....porque más tarde estuvimos con mi colega y amiga española, en
la Misa
presidida por el cardenal Vallini, allí mismo en el Santuario de la Divina Misericordia,
donde también estuvo presente la señora costarricense Floribeth, la señora del
milagro por intercesión de Juan Pablo II
La misa oficial de
agradecimiento por las canonizaciones fue hoy en la Plaza San Pedro,
presidida por el cardenal Angelo Comastri y breves palabras del cardenal
Stanislaw Dziwisz. Note muchísima más gente que en la Misa de agradecimiento por la
beatificación y me atrevería a decir que más de la mitad eran polacos, se
escuchaba hablar español, pero muy poco italiano.
Terminada la Misa el significativo ejemplo
de los polacos para los presentes, para Italia y para el mundo:
grupos de rodillas
rezando el Rosario...en la plaza adoquinada, sin moverse, sin inmutarse.
Impresionante! Era cómo sentir la presencia de Karol Wojtyla/Juan Pablo II
entre ellos, entre nosotros. La fuerza de una nación agradecida, unida en
oración juntó a su nuevo Santo!
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