Hoy
en Dublin se vive el último día del 50º
Congreso Eucarístico Internacional. Unámonos espiritualmente a nuestros hermanos presentes, al pueblo de Irlanda y a todos los pueblos del
mundo rezando en algún momento del día la oración del Congreso, meditando quizás también las fuentes de inspiración
de esta oración oficial, para que todos
logremos convertirnos en apóstoles de la
Eucaristía desde nuestro pequeño lugar en el mundo.
“La oración por el 50 º Congreso Eucarístico
Internacional se inspira en una serie de fuentes que ofrecen un rico tapiz de
fe y de esperanza.
La oración comienza llamando a Jesús como Señor, reconociéndolo como al apóstol
del Padre - enviado para traer la comunión a todos, atrayendo a todos en sí.
Nos ofrece un breve resumen del ministerio de Jesús y nos invita
a contemplar una de las mejores imágenes conocidas de la experiencia de
posterior a su resurrección según sus discípulos - tomado de la historia de los dos discípulos que iban a Emaús,
Jesús se presenta como compañero en el camino (Lc 24:15). Este viaje y la
reunión en la mesa de Emaús se refiere de nuevo en la oración, reconociendo que
a través de la presencia y actividad del Espíritu
Santo en nuestras
vidas, nosotros también podemos experimentar la comunión con Cristo y entre
nosotros en su totalidad.
Reconociendo la unidad de toda la familia cristiana en la fe, se
reflexiona sobre el estilo de vida inspirado en el
Evangelio y el Partir el Pan - resume en el verso
muy conocido del profeta Miqueas (6:8) - "¿Qué te pide el Señor sino hacer
justicia, amar con misericordia, y caminar humildemente con tu Dios”, con la
conciencia añadida de que somos testigos de la plenitud del mensaje cristiano.
Se nos recuerda que a través de la Iniciación Cristiana nosotros somos el
Cuerpo de Cristo, y que nuestra participación en la Eucaristía inspira nuestra
vida diaria y nuestra ayuda a los necesitados con un auténtico compromiso por
la justicia social. Este es el reino de Dios en medio de nosotros como se
expresa en Lumen gentium 3: La Iglesia, o, en otras palabras, el reino de
Cristo presente ahora en el misterio, crece visiblemente a través del poder de
Dios en el mundo.
La oración concluye con una invocación de María,
la Theotokos (Madre de Dios), con una invitación a vernos a nosotros mismos
dentro de una relación de amor - la de la Madre e hijo (hijos adultos también).
La imagen de Jesús que tiene Juan que nos confía al apoyo espiritual de la
Madre de Dios es una fuente de estímulo en nuestro camino.
Esto nos lleva a una doxología final ofrecida en el Espíritu, a
través de la cual, como San Pablo nos recuerda, llamamos a Dios 'Abba' Padre.
(Rm 8,15). Nuestra alabanza al Padre es ofrecida por toda la Iglesia, tanto
en la tierra como en en la casa del Padre - el objetivo último de nuestra
peregrinación terrenal (Tertio millennio adveniente, 49).
Este
texto de la oración se presta tanto a la reflexión en silencio como a la
oración en voz alta. Se espera que sea una fuente de enriquecimiento personal y
comunitario, y que ayude a todos aquellos que buscan comprender la Eucaristía y
la comprenden como una comunión con Cristo y con los demás.”
2 comentarios:
nos unimos espiritualmente a ellos;) Gracias por avisarnos del Congreso! Un abrazo!
Gracias Marta!
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