(la imagen es del sitio Moj Papiez)
La asi llamada “nueva
evangelización” comienza “oficialmente” en Nowa Huta, pero como presentarla?
Nueva? antigua? Ni lo uno, ni lo
otro, sencillamente es continuidad y colegialidad pese a todos los embates de
todos los tiempos, la evangelización es
el corazón de la Iglesia en diferentes momentos de la historia humana yendo a las raíces mismas del
cristianismo. Sin embargo el término
“nueva evangelización” fue “presentado” como
tal por el Beato Juan Pablo II,
enraizado en San Pablo, e inspirado en el Concilio Vaticano II. El cardenal Stanislaw Dziwisz en Mi vida con Karol cap. 23 “Una nueva
evangelización” dice: “ Él era un hombre del Concilio. Siempre
partía del Concilio para trazar las líneas de desarrollo de la vida y la misión
de l Iglesia….más adelante dice “La nueva evangelización, que luego sería uno
de los signos distintivos del pontificado de Juan Pablo II……era preciso
regresar a las fuentes de la fe para que la misión evangelizadora volviese a
ser dinámica e incisiva. Pero además de
esta obligación – que es el deber prioritario de la Iglesia y de todo
cristiano, que debe evangelizar allá donde viva – existía también una especial
predisposición de Karol Wojtyla que yo definiría como «frescura
evangélica»” Esa “frescura evangélica
ya la había demostrado mucho antes en Cracovia, en su manera particular de
ejerjcer la docencia, en su trabajo con los jóvenes, sus recorridas por la
diócesis, sus “diálogos” con el poder sin claudicar de sus principios, su
generosidad intelectual al compartir toda la información del Concilio con sus
sacerdotes, instalando el Sínodo de Cracovia para que se extendiese a toda la
Iglesia.”
“La nueva cruz de madera ha surgido no lejos de aquí, exactamente
durante las celebraciones del milenario. Con ella hemos recibido una señal:
que en el umbral del nuevo milenio —en esta nueva época, en las nuevas
condiciones de vida—, vuelve a ser anunciado el Evangelio. Se ha dado comienzo
a una nueva evangelización, como si se tratara de un segundo anuncio,
aunque en realidad es siempre el mismo. La cruz está elevada sobre el mundo que
avanza.
[…]
No se puede disociar la cruz del trabajo humano. No se puede separar a
Cristo del trabajo humano. Y esto se confirma aquí en Nowa Huta. Este ha sido
el principio de la nueva evangelización, en los albores del nuevo milenio del
cristianismo en Polonia. Este nuevo comienzo lo hemos vivido juntos y lo he
llevado conmigo, desde Kraków a Roma, como una reliquia.
[…]
De la cruz en Nowa Huta ha comenzado la nueva evangelización: la
evangelización del segundo milenio. Esta iglesia lo testimonia y lo
confirma. Ella ha nacido de una viva y consciente fe, y es necesario que
continúe sirviendo a esta fe.”
Tal como lo confirma su secretario el Obispo Karol
Wojtyla Obispo ya la traía consigo a la Sede de Pedro, solo que por algún
motivo se “guardó” el término para anunciarlo en su
patria, y nada menos que allí, en ese suburbio de Cracovia donde “en 1949 los soviéticos decidieron
construir ese “paraíso
obrero”, planeado para ser un lugar sin Dios” “Alli Karol Wojtyla “se enfrentó al poder temporal con una fuerza
divina, marcada a fuego, un espíritu casi aguerrido, que no menguaría, guiado
por un obispo que sostenía que “la
libertad le es dada al hombre como una tarea. No solo debe poseerla, sino
también conquistarla” Y fue conquistada.(ver mis posts Nowa Huta) .
Como decía el Santo Padre Benedicto XVI “esta
ardua tarea fue uno de los ejes de su vasto magisterio”. La traía incorporada de
su amada Cracovia consciente que su patria necesitaba un “aggiornamento” , una
liberación de la carga que el comunismo iba dejando a su paso, y una firme puesta en marcha de los resultados del Sínodo de Obispos que el mismo había
inaugurado el 8 de mayo de 1972 como
“implementación local del Vaticano II…para llevar el Concilio a todas las
parroquias e instituciones de su arquidiócesis, con el propósito de reproducir
la experiencia del Concilio y brindar a los fieles la oportunidad de leer y
analizar los documentos del Concilio”. Una expresión de generosidad pastoral e intelectual sin
límites. Un Sìnodo cuya clausura fue
luego presidida por el Santo Padre Juan
Pablo II el 22 de junio de 1983 en la Catedral de Wawel. (de mis posts Sinodo de Cracovia)
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