Vuelvo
a publicar el post del 12 de marzo del 2008, con un único cambio el enlace,
pues en este enlace del sitio de los franciscanos se encuentran los dos textos
completos, tanto del Via Crucis de Karol Wojtyla, como la presentación de Mons.
Piero Marini.
En 1976 Karol
Wojtyla fue llamado por el Santo Padre Pablo VI a predicar los ejercicios
espirituales de Cuaresma para el Papa y la Curia Romana en la capilla
Matilde,actualmente capilla "Redemptoris Mater" del
Vaticano. En el breve tiempo que tenia para preparar los 22 sermones o
conferencias se “internó” en Zakopane, centro de esqui que el conocía tan bien,
y alli entre el 20 y el 25 de febrero inmerso en la capilla dedicó las mañanas
a escribir, permitiéndose también algún respiro para deslizarse con su esquies
por las laderas de los montes Tatra en Zakopane, que él conocía tan bien.
El 1 de marzo partió para Roma y en el Colegio Polaco le dio el
toque final a las meditaciones. Los ejercicios espirituales se realizaron entre
el 7 y el 13 de marzo de
1976.
Estos ejercicios espirituales fueron recopilados y publicados en forma de libro
y causaron una fuerte impresión entre los intelectuales de Cracovia. Hubo
quienes llegaron a expresar que lo veian a Karol Wojtyla como futuro Papa. En
español fueron publicados por BAC (1978) con el emblemático título “Signo
de Contradicción” (Signo de Contradicción (cf. Lc 2,)
Entre las meditaciones estaba incluido el Via
Crucis "uno de los ejercicios de piedad predilectos del Santo Padre: una predilección que hunde sus raíces en la tradiciòn familiar, en la práctica de la parroquia donde Karol Wojtyla fue bautizado y en las opciones pastorales de aquella Polonia en cuyo cuerpo - su tierra -herido, dividido y despojado por potencias extranjeras se ha prolongado el misterio de la pasión de Cristo" Juan Pablo II desde que Dios, en su designio providencial, lo llamó a la cátedra de Pedro (16 de octubre de 1978) nunca faltó al "Via Crucis" del Coliseo la tarde del Viernes santo (excepto el último en 2005) sentía en él con gran intensidad una profunda relación que une Jerusalén, la ciudad donde Jesús cargado con la Cruz recorrió el último tramo
del camino de su vida, con Cracovia, su antigua sede episcopal, cuya catedral
se yergue en la colina Wawel, durante muchos siglos corazón de la monarquía y
de la Iglesia, prácticamente un emblema de la Polonia gloriosa y arrasada. Y
también con Roma, sede del Sucesor de Pedro, a quien Jesús confió la misión de
confirmar a los hermanos en la fe (cf. Lc 22, 31), de apacentar sus corderos y
sus ovejas (cf. Jn 21, 15-17) y a quien dirigió la última y perentoria
invitación: «tú sígueme» (Jn 21, 22)”…. “Al celebrarse el 25º aniversario de
servicio pastoral de Juan Pablo II las meditaciones del Via Crucis fueron
aquellas originales que entonces ya habian sido publicadas en forma de libro.
El Santo Padre habia querido tomar aquel Via Crucis, sacándolo por decir así
del retiro de la Capilla Matilde para celebrarlo en una inmensa platea, en la
auténtica Statio Urbis et Orbis del Coliseo-Foros imperiales-Palatino en la
noche del Viernes Santo. Una decisión meditada e iniciativa feliz que, en otras
cosas, permite constatar cómo el Magisterio de Juan Pablo II, «tan grande, tan
rico, tan oportuno», está ya en muchos puntos «sintéticamente presente en Signo
de Contradicción». (Mons. Piero Marini)
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