“Súbitamente me inundó la presencia de Dios y de
inmediato me vi en Roma, en la capilla del Santo Padre, pero a la vez estaba en
nuestra capilla (...). Hubo tanto gentío que yo no lograba abarcarlo con la
vista. Todos participaban en esa solemnidad con gran alegría (...). Fui raptada
a la cercanía de Jesús y me presenté en el altar junto a Jesús y mi espíritu
fue llenado de una felicidad tan grande que no puedo ni comprender ni describir”
(Diario 1048).
Del diario de Santa Faustina
Con enorme alegría que quizás, en su momento, solamente el
pueblo polaco supo comprender cabalmente pues había sufrido en carne propia la falta de libertad, necesitado e invocado insistentemente la ayuda de la Divina Misericordia en su historia reciente, el 30 de abril del año 2000 el Santo
Padre Juan Pablo II canonizaba a su compatriota Sor Faustina Kowalska.
Alegría que Juan Pablo II no ocultó en su homilía :
“ Hoy es verdaderamente grande mi alegría al proponer a toda
la Iglesia, como don de Dios a nuestro tiempo, la vida y el testimonio de sor
Faustina Kowalska. La divina Providencia unió completamente la vida de esta
humilde hija de Polonia a la historia del siglo XX, el siglo que acaba de
terminar. En efecto, entre la primera y la segunda guerra mundial, Cristo le
confió su mensaje de misericordia. Quienes recuerdan, quienes fueron testigos y
participaron en los hechos de aquellos años y en los horribles sufrimientos que
produjeron a millones de hombres, saben bien cuán necesario era el
mensaje de la misericordia.”
Entregándole al mundo no solamente la llama de la
misericordia portada por Sor Faustina, sino también sus palabras de aliento y
esperanza para el tercer milenio.
“ ¿Qué nos depararán los próximos años? ¿Cómo será el futuro
del hombre en la tierra? No podemos saberlo. Sin embargo, es cierto que, además
de los nuevos progresos, no faltarán, por desgracia, experiencias dolorosas.
Pero la luz de la misericordia divina, que el Señor quiso volver a entregar al
mundo mediante el carisma de sor Faustina, iluminará el camino de los hombres
del tercer milenio.”
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