(del Angelus
del Siervo de Dios Juan Pablo II – 16 de julio de 2000 en Les Combes, Valle
de Aosta)
“…Al contemplar estas
montañas, mi pensamiento va hoy al monte Carmelo, cantado en la Biblia por su belleza. En
efecto, hoy celebramos la fiesta de la Bienaventurada Virgen
del Monte Carmelo. En aquel monte, que se encuentra en Israel, cerca de Haifa,
el santo profeta Elías defendió valientemente la integridad y la pureza de la
fe del pueblo elegido en el Dios vivo. En ese mismo monte, en el siglo XII
después de Cristo, se reunieron algunos ermitaños para dedicarse a la
contemplación y a la penitencia. De su experiencia espiritual surgió la orden
de los carmelitas. Caminado con la
Virgen, modelo de fidelidad plena al Señor, no temeremos los
obstáculos ni las dificultades. Sostenidos por su intercesión materna, podremos
realizar plenamente, como Elías, nuestra vocación de auténticos
"profetas" del Evangelio en nuestro tiempo..
Que la bienaventurada Virgen del Monte Carmelo, a quien hoy invocamos con particular devoción, nos ayude a subir sin cansarnos hacia la cima del monte de la santidad; y nos ayude a amar por encima de todo a Cristo, que revela al mundo el misterio del amor divino y la verdadera dignidad del hombre”
Que la bienaventurada Virgen del Monte Carmelo, a quien hoy invocamos con particular devoción, nos ayude a subir sin cansarnos hacia la cima del monte de la santidad; y nos ayude a amar por encima de todo a Cristo, que revela al mundo el misterio del amor divino y la verdadera dignidad del hombre”
Desde aquí todo mi cariño al mundo carmelitano, muy
especialmente a mis queridas carmelitas de Gualeguaychú y a los padres
carmelitanos de Santa Maria del Carmelo in Traspontina en Roma, “mi” parroquia en Roma.
Invito visitar los posts anteriores relacionados con
el Carmelo:
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