Oh María
Madre de Jesús
y esposa de José artesano,
tu corazón guarda las alegrías
y las fatigas de la sagrada Familia.
También ofrecías a Dios
las horas de dolor,
confiando siempre en su Providencia.
Te pedimos que protejas
a todas las mujeres
que se esfuerzan diariamente
para que la comunidad doméstica
viva en una armonía efectiva.
Alcánzales la gracia de ser mujeres
cristianamente sabias,
expertas en oración y en humanidad,
fuertes en la esperanza
y en las tribulaciones,
artífices, como tú,
de la paz auténtica. Amén.
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¡Oh San Juan
Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición!
Bendice a
la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a caminar con
coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a todos a
Jesús.
Bendice a los
jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar, volver a mirar
hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los caminos de
la vida en la tierra.
Bendice las
familias, ¡bendice cada familia!
Tú advertiste el
asalto de satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que
Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las
familias y cada vida que brota en la familia.
Ruega por el
mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias. Tú te
opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por
nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz.
Oh San Juan
Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María, haz descender
sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.
Cardenal Angelo
Comastri
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