(Quiero confiar y ofrecer el futuro del Continente a María Santísima, Madre de Cristo y de la Iglesia. Por eso, tengo la alegría de anunciar ahora que he declarado que el día 12 de diciembre en toda América se celebre a la Virgen María de Guadalupe con el rango litúrgico de fiesta.)
¡Oh Madre! tu conoces los caminos que siguieron
los primeros evangelizadores del Nuevo Mundo, desde la isla Guanahani y La
Española hasta las selvas del Amazonas y las cumbres andinas, llegando hasta la
tierra del Fuego en el Sur y los grandes lagos y montañas del Norte. Acompaña a
la Iglesia que desarrolla su labor en las naciones americanas, para que sea siempre
evangelizadora y renueve su espíritu misionero. Alienta a todos aquellos que
dedican su vida a la causa de Jesús y a la extensión de su Reino.
¡Oh dulce Señora del Tepeyac, Madre de
Guadalupe! Te presentamos esta multitud incontable de fieles que rezan a Dios
en América. Tú que has entrado dentro de su corazón, visita y conforta los
hogares, las parroquias y las diócesis de todo el Continente. Haz que las
familias cristianas eduquen ejemplarmente a sus hijos en la fe de la Iglesia y
en el amor del Evangelio, para que sean semillero de vocaciones apostólicas.
Vuelve hoy tu mirada sobre los jóvenes y anímalos a caminar con Jesucristo.
¡Oh Señora y Madre de América! Confirma la fe de
nuestros hermanos y hermanas laicos, para que en todos los campos de la vida
social, profesional, cultural y política actúen de acuerdo con la verdad y la
ley nueva que Jesús ha traído a la humanidad. Mira propicia la angustia de
cuantos padecen hambre, soledad, marginación o ignorancia. Haznos reconocer en
ellos a tus hijos predilectos y danos el ímpetu de la caridad para ayudarlos en
sus necesidades.
¡Virgen Santa de Guadalupe, Reina de la Paz!
Salva a las naciones y a los pueblos del Continente. Haz que todos, gobernantes
y ciudadanos, aprendan a vivir en la auténtica libertad, actuando según las
exigencias de la justicia y el respeto de los derechos humanos, para que así se
consolide definitivamente la paz.
¡Para ti, Señora de Guadalupe, Madre de Jesús y
Madre nuestra, todo el cariño, honor, gloria y alabanza continua de tus hijos e
hijas americanos!
Misa de Clausura del Sinodo de America , Basilica de Guadalupe, 1999
VIAJE APOSTÓLICO A MÉXICO Y SAN LUIS (ESTADOS UNIDOS)
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¡Oh San Juan
Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición!
Tú advertiste el
asalto de satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que
Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las
familias y cada vida que brota en la familia.
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