No
hay que perder de vista la transparencia
De
los acontecimientos, apartándonos
En
una inmensa torre. A pesar de todo,
El
hombre sabe a dónde va,
Y
el amor sabe siempre equilibrar el destino.
No
se debe agrandar la dimensión de las sombras.
¡Que
el rayo de luz ilumine los corazones
Y
nos vuelva transparentes las tinieblas
De
tantas generaciones!
¡Que
el torrente de la fortaleza penetre las debilidades!
¡No
podemos transigir con las flaquezas!
“Cuando pienso en la Patria”, VI, 3 – Al pensar en mi Patria
regreso al árbol
Poesías de Karol Wojtyla, p. 129, Biblioteca
de AutoresCristianos
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