(imagen de Wikipedia)
«¡Oh Yahvé! Siervo tuyo soy,
/ siervo tuyo e hijo de tu esclava...».
"Esta madurez en el amor, que
llenó toda la vida del P. Maximiliano y se cumplió en tierra polaca de una
forma definitiva mediante el acto de Oswiecim, esa madurez estuvo especialmente
unida a la Inmaculada Sierva del Señor.
Él fue, como pocos, hijo
espiritual «de tu esclava». Él experimentó desde su primera juventud su
maternidad espiritual: la maternidad que se constituyó en el Calvario, a los
pies de la cruz de Cristo, cuando María aceptó como hijo al primer discípulo de
Cristo.
Maximiliano Kolbe, como
pocos, había sido penetrado por el misterio de la divina elección de María. Su
corazón y su pensamiento se concentraron de forma particular en torno al «nuevo
comienzo», que fue en la historia de la humanidad –por obra del Redentor– la
Inmaculada Concepción de la Madre de su encarnación terrena. «El
significado de Madre –escribía– lo sabemos, pero el de Madre de Dios no lo
podemos comprender con la inteligencia, con la mente limitada. Sólo Dios mismo
comprende perfectamente qué significa “Inmaculada”... La Inmaculada Concepción
está llena de misterios consoladores» (M. Kolbe, Carta del 12 de abril de
1933).
Maximiliano Kolbe penetró en
este misterio de forma particularmente profunda, particularmente sintética: no
de forma abstracta, sino a través del vivo contexto de Dios-Trinidad, Dios que
es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y a través del vivo contexto de los
designios salvíficos de Dios para el mundo. Escuchemos de nuevo sus palabras:
«Busquemos cada vez más, cada día más, acercarnos a la Inmaculada; de este modo
nos acercaremos cada vez más al Sacratísimo Corazón de Jesús, a Dios Padre, a
toda la Santísima Trinidad, porque ninguna criatura está tan cercana a Dios
como la Inmaculada. Así acercaremos también todos los que nos son cercanos en
el corazón a la Inmaculada y al buen Dios» (M. Kolbe, Carta desde Nagasaki,
6 de abril de 1934).
Todas las iniciativas
apostólicas del P. Maximiliano Kolbe dan testimonio de que el misterio de la
Inmaculada Concepción estaba en el centro de su conciencia. De ello dan
testimonio la «Milicia de la Inmaculada» y el «Caballero de la Inmaculada». De
ello da testimonio la «Ciudad de la Inmaculada» (Mugenzoi no Sono) japonesa. De
ello da testimonio, finalmente, nuestra «Niepokalanów» polaca…..Niepokalanów
nos habla del descubrimiento del «nuevo comienzo» de la humanidad de Dios.
Niepokalanów es el lugar donde, en continua obediencia al Espíritu de verdad, a
ejemplo de la Inmaculada, el hombre se iba formando día a día, de manera que el
Santo superase al hombre no sólo en función de la vida y del apostolado, sino
también en función de una muerte de mártir «por el hermano». “
(de la homilía del Beato Juan
Pablo II el 18 de junio de 1983 en Niepokalanów
– versión en español tomada de la pagina de Directorio Franciscano – en la pagina de la Santa
Sede solamente se encuentra en idioma italiano)
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