Es variada y extensa la historia de las tradiciones del icono de Santa María Salus Populi Romani, que se venera en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, una imagen muy popular y muy venerada, a la que todos los Papas han acudido en tiempos difíciles para la religión y para la humanidad.
El Papa Francisco era devotísimo de Santa María Salus Populi Romani (126 veces se postro ante Ella) y antes de emprender un viaje apostólico, siempre iba a postrarse ante la imagen de la Virgen, visita que repetía a su regreso. “Por allí han pasado todos los viajes apostólicos, todas las «esperanzas y preocupaciones», las «alegrías y tristezas», los «sueños y expectativas» compartidos por el pueblo de Dios y por el «mundo entero». Desde su mirada. Desde el vientre de su madre. La última visita hace apenas unos días, en el umbral de la Semana Santa.”
El icono original es sin duda el icono de la Virgen María más importante de cuantos se conservan en Roma. Durante varios siglos estuvo colocado sobre la puerta del baptisterio de la Basílica de Santa María la Mayor. En 1613 se llevó al altar de la Capilla Paulina construida en dicha basílica. El icono tenía fama de milagroso y, por ello, fue sacado en procesión en varias situaciones de gran necesidad. En una ocasión se le atribuye el milagro de acabar con una plaga en Roma. Mide 117 x 79 centímetros, un tamaño elevado para ser un icono.
Desde el comienzo de su pontificado Juan Pablo II quiso que una lámpara estuviera encendida de día y de noche bajo el icono de María, Salus Populi Romani, como testimonio de su gran devoción. Con ocasiónde la solemnidad de la Inmaculada Concepcion de la Virgen Maria en su homilía en la Basílica de Santa Maria la Mayor expresaba:
“Salus Populi! Salus Populi Romani! Este titulo consagra justamente la devoción mariana de Roma. Puede remontarse a los mismos orígenes de esta basílica, puesto que ya mi predecesor Sixto III, en el siglo V, en la inscripción dedicatoria, llama así a la Virgen: Virgo Maria... nostra salus. La invocación se enriqueció en la alta Edad Media, favorecida por la solemne procesión del 15 de agosto, que unía la devoción a la imagen del Salvador, conservada en la Basílica Lateranense, con la de la Virgen de Santa María la Mayor. Entonces el pueblo romano cantaba a la Virgen durante la procesión: "Virgen María, mira propicia a tus hijos... Alma María, muéstrate benigna a las lágrimas de quien te suplica. Madre Santa de Dios, mira al pueblo romano...”
Desde el año 2003 una réplica del icono acompaña a la Cruz de los Jóvenes, que preside las jornadas desde la primera (año 1984). En aquella de 2003 la XVIII JMJ con el lema “Ahí tienes a tu madre” (Jn 19,27) les decia Juan Pablo II a los jóvenes:
«Hoy yo les confío a ustedes… el icono de María. De ahora en adelante, juntamente con la Cruz, este icono acompañará las Jornadas mundiales de la juventud. Será signo de la presencia materna de María junto a los jóvenes, llamados, como el apóstol san Juan, a acogerla en sus vidas»
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