En
una reflexión relativamente extensa pero muy completa y que seguramente interesará a quien
quiera profundizar en la vida de la Iglesia durante el Año de la Fe, Mons. Domingo Salvador Castagna, Obispo
emérito de Corrientes, Argentina nos invita a reflexionar sobre el Concilio Vaticano
II a los 50 años de su inicio.
Mons.
Castagna comienza su reflexión con una experiencia personal: “ Fui ordenado sacerdote casi seis
años antes de inaugurarse el Concilio Vaticano II. Durante aquellos primeros
años de sacerdocio me preguntaba, con mucha frecuencia, si la Iglesia estaba
dispuesta a una renovación, cuya necesidad ya entonces se vislumbraba con
cierta urgencia. No dudaba de que, en la tarea de renovarse, la Iglesia debía
mantener fidelidad absoluta a su naturaleza y a su Tradición. Con pesar,
advertía a diario, que la mayoría de los bautizados no frecuentaban los
sacramentos, no cultivaban la lectura piadosa de la Sagrada Escritura y no
experimentaban la mínima inquietud por la evangelización del mundo. En mi caso,
y en el de muchos hermanos presbíteros de la época, pasaba largas horas en el
confesionario atendiendo a un número selecto de cristianos mientras muchísimos
otros transitaban caminos ajenos a la fe, sin inquietarse por superarlos
mediante la gracia de los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía.”
Luego nos recuerda la importancia del Sínodo de 1985, durante el pontificado de Juan Pablo II a los
20 años del Concilio, en el cual el Cardenal John Krol,
presidente delegado subrayaba en su saludo inaugural que : “El Papa no nos ha llamado a celebrar un
mini-concilio o a cambiar o corregir el Vaticano II, sino a revivir la extraordinaria experiencia de
comunión eclesial, que caracterizó al Vaticano II”
En su reflexión Mons. Castagna invita ahora “a toda la Iglesia a revivir aquella
experiencia.”
Mons Castagna enumera los documentos surgidos del vaticano II : 4 Constituciones, 9 Decretos y 3 Declaraciones, en total 16 y nos invita
“con urgencia a una relectura”. Habla también
de la tan necesaria colegialidad, tema tan caro a Juan Pablo II.
En el último párrafo de su exposición Mons. Castagna transcribe la sucesión histórica delos Concilios de la Iglesia Católica: “en total 21 Concilios
Ecuménicos, sin contar el de los Apóstoles en Jerusalén.”
Y concluye su exposición, entre otros, con estas palabras:
“ El Concilio Vaticano Segundo no ha pasado de moda. Es un momento de la
historia de la Iglesia en el que se concentra, en una síntesis admirable, todo
el acontecimiento - aún inconcluso - que ha provocado un viraje de 180 grados
en la marcha de la humanidad hacia su destino propio: el que Dios le señala
desde su eternidad. Cristo conduce ese momento. Mejor dicho: Dios mismo,
que valora de tal modo al hombre, se sumerge en su historia para recuperarlo
(para salvarlo). Ese empeño divino por salvar a los hombres es transmitido a su
Iglesia mediante el ministerio ejercido por los Apóstoles y sus sucesores, como
también por quienes reciben un grado de participación en él. El Concilio
constituye una Asamblea de los mencionados Pastores (Obispos) cuya finalidad es
orientar la acción pastoral hacia el cumplimiento de su misión evangelizadora.”
Invito leer la reflexióncompleta en la página oficial de Mons. Castagna
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