Estamos viviendo las vísperas de una gracia de la cual creo que aún no somos conscientes: el comienzo del Año de la Fe, tan directamente ligado a la nueva evangelización, que el Santo Padre
Benedicto XVI anunciaba con estas palabras en la Santa Misa para la Nueva Evangelización elDomingo 16 de octubre de 2011:
“Precisamente para dar renovado impulso a la
misión de toda la Iglesia de conducir a los hombres fuera del desierto —en el
que a menudo se encuentran— hacia el lugar de la vida, la amistad con Cristo
que nos da su vida en plenitud, quiero anunciar en esta celebración eucarística
que he decidido convocar un «Año de la fe» que ilustraré con una carta
apostólica especial. Este «Año de la fe» comenzará el 11 de octubre de 2012, en
el 50º aniversario de la apertura del concilio Vaticano II, y terminará el 24
de noviembre de 2013, solemnidad de Cristo Rey del Universo. Será un momento de
gracia y de compromiso por una conversión a Dios cada vez más plena, para
reforzar nuestra fe en él y para anunciarlo con alegría al hombre de nuestro
tiempo.”
El Santo Padre Benedicto XVI “heredo” de Juan Pablo
II el afán apostólico por la nueva evangelización, que a su vez se había inspirado en Pablo VI y
en el Concilio Vaticano II.
El entonces cardenal Joseph Ratzinger había hablado sobre estructura y métodos de una nuevaevangelización y contenidos esenciales con ocasión del Jubileo de loscatequistas en el año 2000. “Nueva
evangelización no puede querer decir atraer inmediatamente con nuevos métodos,
más refinados, a las grandes mesas que se han alejado de la Iglesia. No; no es
esta la promesa de la nueva evangelización. Nueva evangelización significa no
contentarse con el hecho de que del grano de mostaza haya crecido el gran árbol
de la Iglesia universal, ni pensar que basta el hecho de que en sus ramas
pueden anidar aves de todo tipo, sino actuar de nuevo valientemente, con la
humildad del granito, dejando que Dios decida cuándo y cómo crecerá (cf. Mc 4,
26-29).”
De esta manera se vivenciaba ya en vida de Juan Pablo
II esa colegialidad vital para la
Iglesia que tanto pregonó el mismo Beato Juan
Pablo II. Benedicto XVI
no dudo en recordarlo en diversas oportunidades durante su propio pontificado
reiterando la necesidad y premura de una
nueva evangelización.
El 21 de
septiembre de 2010 el Santo Padre Benedicto XVI instituyó el Consejo para la promoción de la NuevaEvangelización, mediante el Motu Propio UBICUMQUE ET SEMPER. Allí explicaba la relación del Concilio con
la nueva evangelización, y como el Papa Pablo VI “observaba con
clarividencia que el compromiso de la
evangelización «se está volviendo cada vez más necesario, a causa de las
situaciones de descristianización frecuentes en nuestros días..” Agregaba además Benedicto XVI “El venerable
siervo de Dios Juan Pablo II puso esta ardua tarea como uno de los ejes en su
vasto magisterio, sintetizando en el concepto de «nueva evangelización», que él
profundizó sistemáticamente en numerosas intervenciones…”
En
la lineamenta para el Sinodo de Obispos publicada el 2 de febrero de 2011 (XIII
Asamblea General Ordinaria), además de las debidas instrucciones a los Obispos acerca de “La
nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana” podemos encontrar abundantes enlaces a
documentos papales de Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI.
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