Sin embargo la Santa Comunión por más frecuente que sea, que se convierta en
frecuente, siempre es un momento en
nuestra vida. Para conocer, entonces, que significa la religión en la
perspectiva de Dios, que cosa es el Cristianismo desde la perspectiva de Dios y de Cristo, para
acercarnos constantemente a ello, sencillamente es necesaria la oración. No es posible comprender el Evangelio, a Cristo,
al Cristianismo, encontrarse con este Dios que nos busca, sin oración. Aun si
estudiase a fondo la Summa teologica de Santo Tomas y leyese de continuo las Sagradas Escrituras
pero no orase, podría faltar ese encuentro con este Dios vivo, el Dios del
Evangelio, Cristo, en toda la vida.
Un
método sencillo, básico para conocer a Dios vivo, experimentar el encuentro
con Dios es precisamente la oración. Por
eso Cristo ha dicho algo que suena enigmático: es necesario orar siempre. Sin cansarse
jamás (Lc 18,1) Y nosotros oramos
siempre? Probablemente ya hace bastante tiempo que nuestra madre nos enseñó a rezar. Y repetimos esas oraciones, quizás
no siempre con la suficiente regularidad. A veces si, otras no. A la mañana las rezamos, a la tarde no lo hacemos, o quizás
a la tarde si y no por las mañanas.
Estas
formulas de oraciones son una manera de orar, pero son una oración momentánea. En cambio Cristo nos ha dicho que es
necesario orar siempre. No sabemos muy
bien como afrontar este pedido de Cristo, pero cómo “siempre”? Estoy tan ocupado. Y no solo ocupado, dedicado ademas a otras
cosas. Como puedo entonces orar siempre?
Podemos considerar estas palabras de Cristo, como un deber imposible de realizar. Sin embargo puedo intentar realizarlo, y entonces resultará que en el fondo todo es oración, (todo) puede serlo. En realidad hay una oración de todas las cosas. Si el hombre reflexiona sobre esta frase de Cristo, entonces descubrirá que todas las cosas oran de algún modo. Ora la naturaleza en toda su existencia; oran las obras de las manos humanas, aun cuando su oración sea tácita. Ora también la naturaleza del hombre. Solo que la oración de todas las cosas es tácita. No formulada! Pero el hombre trata de formularla, precisamente entrando en contacto con todas estas cosas.. Y se puede percibir. . Si se descubre esto, se descubre la presencia de Dios en todas partes, y entonces la petición de Cristo se acerca a nosotros. Oramos a través de todo. No hay cuestión de nuestra vida, no hay ocupación, no hay esfuerzo que no sea posible hacerlo elevando una oración. Y esto sucede en función de la madurez cristiana que crece en nosotros, de la madurez del corazón, de la madurez de la oración. La madurez cristiana es madurez de la oración.
(Karol Wojtyla Ejercicios espirituales para los
artistas “El Evangelio y el arte” , 16-18 abril 1962 en la Iglesia de la Santa
Cruz en Cracovia)
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