Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 30 de octubre de 2020

La oración como medida de madurez cristiana

 


Sin embargo la Santa Comunión por más frecuente que sea, que se convierta en frecuente,  siempre es un momento en nuestra vida. Para conocer, entonces, que significa la religión en la perspectiva de Dios, que cosa es el Cristianismo desde la  perspectiva de Dios y de Cristo, para acercarnos constantemente a ello, sencillamente es necesaria la oración.  No es posible comprender el Evangelio, a Cristo, al Cristianismo, encontrarse con este Dios que nos busca, sin oración.   Aun si estudiase a fondo la Summa teologica de Santo Tomas y  leyese de continuo las Sagradas Escrituras pero no orase, podría faltar ese encuentro con este Dios vivo, el Dios del Evangelio, Cristo, en toda la vida.

Un método sencillo,  básico para conocer a Dios vivo, experimentar el encuentro con Dios es precisamente la oración.  Por eso Cristo ha dicho algo que suena enigmático: es necesario orar siempre. Sin cansarse jamás (Lc 18,1)  Y nosotros oramos siempre?  Probablemente ya hace bastante tiempo que nuestra madre nos enseñó a rezar. Y repetimos esas oraciones, quizás no siempre con la suficiente regularidad. A veces si, otras no.  A la mañana   las rezamos, a la tarde no lo hacemos, o quizás a la tarde si y no por las mañanas.

Estas formulas de oraciones son una manera de orar,  pero son una oración momentánea. En cambio Cristo nos ha dicho que es necesario orar siempre.  No sabemos muy bien como afrontar este pedido de Cristo,  pero cómo “siempre”?  Estoy tan ocupado.  Y no solo ocupado, dedicado ademas a otras cosas. Como puedo entonces orar siempre?

Podemos considerar estas palabras de Cristo, como un deber imposible de realizar.  Sin embargo puedo intentar realizarlo, y entonces resultará que en el fondo todo es oración, (todo) puede serlo.  En realidad hay una oración de todas las cosas. Si el hombre reflexiona sobre esta frase de Cristo, entonces descubrirá que todas las cosas oran de algún modo. Ora la naturaleza en toda su existencia; oran las obras de las manos humanas, aun cuando su  oración sea tácita.  Ora también la naturaleza del hombre. Solo que la oración de todas las cosas es tácita. No formulada! Pero el hombre trata de formularla, precisamente entrando en contacto con todas estas cosas.. Y se puede percibir. . Si se descubre esto, se descubre la presencia de Dios en todas partes, y entonces la petición  de Cristo se acerca a nosotros.   Oramos a través de todo. No hay cuestión de nuestra vida, no hay ocupación, no hay esfuerzo que no sea posible hacerlo elevando una oración. Y esto sucede en función de la madurez cristiana que crece en nosotros, de la madurez del corazón, de la madurez de la oración. La madurez cristiana es madurez de la oración.  

(Karol Wojtyla Ejercicios espirituales para los artistas “El Evangelio y el arte” , 16-18 abril 1962 en la Iglesia de la Santa Cruz en Cracovia)

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