Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

sábado, 12 de octubre de 2013

La Virgen María “con olor a oveja”



“Si amigos, esta vez es la Virgen María de Nazaret la que tiene “olor a oveja”. No solo porque en Tierra Santa andaba entre pastores y ovejas, sino por que -fiel al espíritu de su hijo Jesús en su predilección por las más frágiles-, se hace ver entre los pobres, por ejemplo en Portugal por los niños Lucia, Jacinta y Francisco que pastoreaban sus ovejas. Son las famosas “apariciones” de Fátima.


La Madre de Dios y de la familia católica, después de su Asunción al cielo, continúa con su premurosa ternura con los más débiles; más cercana todavía de todos y de cada uno, porque desde el seno de Dios conoce mejor las necesidades y sufrimientos de sus hijos queridos. Así, María de Nazaret es coherente también hoy con su vocación evangelizadora, inseparable de su condición de Madre del Hijo de Dios, dado que después de responder que sí al anuncio del ángel, inmediatamente se puso en camino para ir a ayudar a su prima santa Isabel llevando a Jesús en su vientre.

La joven Madre virgen no puede separar su respuesta de amor a Dios, del amor por la gente, especialmente los desvalidos a quienes sigue llevando el amor de Jesús. Y esta vocación de María de Nazaret la convierte en madre de todos.

Creemos en su Asunción en cuerpo y alma al cielo, pero se deja ver aquí y allá, en el encuentro con sus hijos; entre aquellos que no tienen a quien recurrir, más que a la Madre de Jesús. No se queda encerrada, sale, está atenta, se presenta, intercede, consuela, ayuda.Y ahora, siguiendo la invitación de Papa Francisco a los sacerdotes y religiosos a ser “pastores con olor a oveja” y la invitación a todos los fieles a salir de la cueva del egoísmo para ir a la carne herida de Jesús en el hermano que sufre, la misma imagen original de nuestra Señora de Fátima que se venera en Portugal, se hizo peregrina hasta el santuario de San Pedro para recibir allí el acto de confianza de Papa Francisco y la veneración de los fieles.

Hoy vos y yo tenemos la posibilidad de quedarnos en la cueva del egoísmo, con nuestros problemitas o sumarnos a la veneración de aquella que nos puede ayudar a salir al que sufre más que nosotros. ¡Santa María Madre de Dios, Ruega por nosotros!”





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