Ayer, con ocasión de celebrarse el recuerdo
litúrgico de Juan Pablo II Alessandro Gisotti de Radiogiornale Vaticana entrevistó a Don Maurizio Mirilli, Director para la pastoral juvenil de Roma, y entre los últimos sacerdotes que fueron
ordenados por el Papa Wojtyla.
Mirilli: He
estado entre los últimos en ser ordenado sacerdote por el mismo Juan Pablo II,
el 2 de mayo del 2004. De aquel dia
naturalmente recuerdo la emoción de mi ordenación: aquella imposición de manos sobre mi cabeza –
durante la ordenación, - de parte de un Papa enfermo, que debía permanecer sentado
y además con dificultades en el habla… Aun siento aquellas manos sobre mi
cabeza. Me arrodillé para darle la paz,
porque a él le costaba levantarse y tenía dificultades para hablar. Apoyé mis
manos sobre los brazos de la silla y el puso sus manos sobre las mias: me las
estrechó fuertemente, fuerte, fuerte. Me miró a los ojos, y con aquella mirada
penetrante, sentí que me quería decir: “ahora te toca a ti!, Fuerza, coraje, no
tengas miedo!”
Gisotti: El 22 de octubre de 1978, hace 35 años, ha sido precisamente ese grito el de la Plaza San Pedro: “No tengáis miedo! Abrir, abrid de par en par las puertas a Cristo”. Palabras que de alguna manera han sido el estilo de todo su Pontificado, de todo su testimonio, también de santidad. El coraje que se destila al estar con Jesùs….
Mirilli: Y si, aún si no podía hablar más, aquel estrechar de manos eran la expresión – como decir – el lenguaje de los gestos de aquel “No tengáis miedo!” Aquel no tengáis miedo que ha quedado grabado para siempre – creo – en todos. También en mi. Y es una invitación que sigue llevando adelante el actual Papa Francisco y que es un aliento para todos.
Gisotti: El 22 de octubre de 1978, hace 35 años, ha sido precisamente ese grito el de la Plaza San Pedro: “No tengáis miedo! Abrir, abrid de par en par las puertas a Cristo”. Palabras que de alguna manera han sido el estilo de todo su Pontificado, de todo su testimonio, también de santidad. El coraje que se destila al estar con Jesùs….
Mirilli: Y si, aún si no podía hablar más, aquel estrechar de manos eran la expresión – como decir – el lenguaje de los gestos de aquel “No tengáis miedo!” Aquel no tengáis miedo que ha quedado grabado para siempre – creo – en todos. También en mi. Y es una invitación que sigue llevando adelante el actual Papa Francisco y que es un aliento para todos.
Gisotti: El 25 de abril del año próximo, Karol
Wojtyla, junto a Angelo Roncalli, serán canonizados por el Papa Francisco. De alguna
manera se confirma aquel “Santo súbito” de los fieles de Dios el 8 de abril de
2005, con ocasión de su funeral. Es la
expresión del sentido de las palabras de cómo el pueblo de Dios vivenció la
santidad de un hombre….
Mirilli: Es precisamente como el dicho “Vox populi,
vox Dei”. Realmente la voz del pueblo de Dios indudablemente ha tenido su
influencia en el proceso de la canonización tan rápido. Aún hoy sentimos
aquella voz, aquella mirada, aquel aliento, aquellas visitas pastorales
alrededor del mundo, pero también en nuestras parroquias romanas. Un Papa que realmente se encontró con todos y
en todos ha dejado el signo.
Gisotti: El Papa Wojtyla será canonizado el domingo de la Divina Misericordia: bien podemos resaltar también el llamado tan frecuente del Papa Francisco a la Divina Misericordia. También aquí existe una fuerte unión con su predecesor, que por otra parte considero significativo….
Mirilli: Si, es una unión fuertísima. Y es como si, de alguna manera, el mandato lanzado por el Papa Juan Pablo II, con la creación de esta fiesta de la Divina Misericordia, hubiese salido de la practica pastoral y operativa del Papa Francisco, quien nos invita a volcar en la concreción de nuestro ser sacerdotal, de nuestro vivir la Iglesia, una fiesta que ha sido querida por el Papa Juan Pablo II. Una fiesta que, ahora de alguna manera, nos manifiesta la pastoral del Papa Francisco.
Gisotti: El Papa Wojtyla será canonizado el domingo de la Divina Misericordia: bien podemos resaltar también el llamado tan frecuente del Papa Francisco a la Divina Misericordia. También aquí existe una fuerte unión con su predecesor, que por otra parte considero significativo….
Mirilli: Si, es una unión fuertísima. Y es como si, de alguna manera, el mandato lanzado por el Papa Juan Pablo II, con la creación de esta fiesta de la Divina Misericordia, hubiese salido de la practica pastoral y operativa del Papa Francisco, quien nos invita a volcar en la concreción de nuestro ser sacerdotal, de nuestro vivir la Iglesia, una fiesta que ha sido querida por el Papa Juan Pablo II. Una fiesta que, ahora de alguna manera, nos manifiesta la pastoral del Papa Francisco.
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