Misión
Como miembro de la Congregación Sor Faustina vive
su carisma, cuidando de las niñas en las Casas de la Misericordia, rezando y
sacrificándose por ellas, preocupada todos los días por sus alumnas pupilas con
las que trabajó en la cocina y en el jardín. Sin embargo, le fue concedido un
don especial – no solamente el don de su consagración personal, sino también un
don que contenía una misión continuada incluso después de su muerte. La raíz de
la misión de Sor Faustina fue anunciar de nuevo al mundo la verdad del amor
misericordioso de Dios hacia el pecador – la verdad conocida ya en la historia
de la revelación y la salvación. Juan Pablo II lee este mensaje como una nueva
luz para vivir el Evangelio: “No es un
mensaje nuevo, pero se puede considerar un don de iluminación especial que nos
perite vivir más profundamente el Evangelio de la Pascua, para llevarla como un
rayo de luz a la gente de nuestros tiempos”. Algunas notas del Diario
permiten especificar esta misericordia de Jesús como sinónimo de amor,
bondad y piedad. También se concretiza como insondable, o bien infinita,
incomprensible, inagotable, inescrutable, inefable, inmensurable. En la mayoría
de las notas, es la misericordia de Jesús o de Su Corazón, aunque
esporádicamente, la misericordia de Dios el Padre o Dios Uno y Trino. La
polémica considerable, sobre la determinación adecuada y teológicamente correcta
de la devoción, se cierra en la Encíclica
Dives in misericordia que, en lugar de la fórmula preferida, considerada la
más correcta desde el punto de vista teológico, del Oficio religioso del Jesús Misericordioso, el Salvador, introducía la
definición original, conforme con el Diario,
la Devoción de la Divina Misericordia.
La especificación del mensaje de Sor Faustina
consiste en combinar el culto a la Divina Misericordia con el culto a Jesús
Misericordioso, teniendo en cuenta, de esta manera, la misericordia humana de
Cristo. Esta unión revela, por lo tanto, la verdad sobre Cristo que no sólo es
el destinatario del culto de la Iglesia, son también su sujeto, quien como
Cabeza, junto con el Cuerpo Místico, adora al Padre. Múltiples revelaciones de
Jesús, registradas en el Diario, ofrecen, de algún modo, el acceso a la vida
interior, deseos y la voluntad del Salvador, conmoviendo el corazón y el
espíritu del lector. De esta manera, la verdad sobre la Divina Misericordia se
enriquece desde el punto de vista teológico, y a consecuencia, es más fructífera.
El primer elemento fundamental del mensaje de Sor
Faustina es la necesidad de que el pecador reconozca y acepte la misericordia
de Dios que se manifiesta en una actitud de confianza y entrega a Dios. Sor Faustina
como la primera beneficiaria de este mensaje es llamada: Penetra en Mis secretos y conocerás el abismo de Mi misericordia para
con las criaturas y Mi bondad insondable, y harás conocer ésta al mundo.
(Diario 438) por otro lado, como la primera destinataria que responde de forma
generosa y amable, rogando por los pecadores: Oh Jesús recuerda Tu amarga Pasión y no permitas que se pierdan almas
redimidas con tan Preciosa, Santísima Sangre Tuya. (Diario 72). Este llamamiento insistente a la misericordia de los
pecadores, incluso “mendigando” por la misericordia para ellos (ejemplo: Diario 23, 72,365), es el cumplimiento
de una súplica del mismo Salvador (Diario
186, 1572) – súplica más insistente, por tomar incluso forma de queja y lamento
(Diario 580). El mensaje de Sor
Faustina, junto con las llamadas urgentes para la consideración y aprender de
la Divina Misericordia, lleva también una llamada de predicarlo y alabarlo.
Pertenecen íntegramente a la misión de la misericordia, y su solemnidad se ve
confirmada por las promesas asociadas: partiendo de la eficacia maravillosa de
la predicación hasta la gracia de una buena muerte (Diario, 378, 379), 1074, 1448, 1540, 1521). La misma Sor Faustina, a pesar de las
restricciones de los muros del convento, es incitada a “hablarle al mundo”
sobre la Misericordia de Jesús el Salvador (Diario
580, 848, 1074, 1142, 1190) Cumple con
este llamamiento, anotando en su Diario
las verdades reveladas por Jesús y sus propias experiencias de la misericordia
(Diario, 1273), implorando la
misericordia (Diario, 57, 1160), y en
el futuro, inspirando varios movimientos apostólicos, orientados a la predicación
e imploración de la misericordia para el mundo, marcando la formación espiritual
de Sus seguidores. Finalmente, el tercer elemento de la devoción es practicar
la misericordia hacia el prójimo (Diario
742), lo que es una consecuencia natural de sacar provecho personal de la
Divina Misericordia y también, la condición de celebrar de forma fructífera la
Misericordia y rendición de culto mediante la imagen. Hay que subrayar que
concuerdan con la bendición evangélica de los misericordiosos (Mt, 5,7)
(de la ponencia del Arzobispo Władysław Ziółek (Lødz, Polonia) en el II Congreso Mundial de la Divina Misericordia,
celebrado en Cracovia en octubre de 2011)
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