Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 6 de diciembre de 2013

Anunciar a Cristo en la era digital


Con motivo de la 26ª Asamblea Plenaria del PontificoConsejo para los Laicos - “Anunciar a Cristo en la era digital” que tiene lugar en Roma (5-7 diciembre 2013)  Stefano Leszczynski  (Radiogiornale Vaticana) ha entrevistado al cardenal Stanislaw Rylko, presidente del dicasterio.

Rylko: Al afrontar el gran desafío de la nueva evangelización, la Iglesia debe tener en cuenta los nuevos escenarios socioculturales del mundo globalizado entre los cuales el vertiginoso desarrollo de los medios digitales de comunicación ocupa un lugar de particular relevancia. Es un fenómeno que no pude limitarse solo a las nuevas tecnologías de comunicación. Se trata sobre todo de una tendencia muy fuerte, de una verdadera y precisa “cultura digital”, de la cual son protagonistas indiscutibles las generaciones jóvenes, los así llamados “nativos digitales”.  Es un mundo muy complejo que suscita tanto interés, porque abre ante nosotros horizontes completamente nuevos y oportunidades inéditas. Según el Papa Francisco,    esto puede convertirse en un instrumento precioso para construir un mundo más fraterno y más solidario. Pero, lamentablemente no escasean los riesgos, que no deben ser minimizados.  Pienso por ejemplo, en el peligro de convertirnos en esclavos del mundo virtual, incapaces de establecer relaciones autenticas con las personas que tenemos a nuestro alrededor; por otra parte no debemos olvidarnos de los contenidos destructivos que transitan por la red, como la pornografía o la incitación a la violencia y los comportamientos perversos. Cuántos suicidios de adolescentes ocurren a causa del cyber bullismo en la red! La red, por lo tanto tiene rostros muy diversos y requiere  una gran capacidad de discernimiento.  El mundo digital es un desafío que sobre todo nosotros los cristianos debemos encarar con valentía. El Papa Francisco nos pide: “Es importante saber dialogar entrando con discernimiento también en los ámbitos creados por las nuevas tecnologías, en las redes sociales, para hacer emerger una presencia, una presencia que escucha, dialoga y alienta….”  La red puede convertirse en un medio poderoso para el anuncio del Evangelio en un ámbito planetario. Para la Iglesia, se ha abierto aquí un gran campo de misión, se presenta un gran aeropago donde nuestra presencia como cristianos no puede faltar.

Pregunta: Porque la inquietud de dedicar la 25ª Asamblea plenaria del Pontificio Consejo para los Laicos a este tema?


Rylko: Nuestro Consejo, en cuanto dicasterio para los laicos, se siente directamente responsable en afrontar esta temática.  Porque son precisamente ellos – los laicos – los verdaderos protagonistas de esta “revolución digital”.  El gran desafío de agrupar está comprendido en la pregunta: como vivir como ciudadanos en este nuevo mundo digital, sin perder la propia identidad cristiana, y ser verdadera “sal de la tierra” y “luz del mundo”? La respuesta no es sencilla. Pienso, que ante todo hace falta conocer esta realidad bien a fondo, ser conscientes de sus luces y de sus sombras, rechazando  prejuicios y temores excesivos. Y como segundo paso se presenta un profundo proceso educativo de los cristianos al grado de generar la madurez necesaria para discernir entre las verdaderas oportunidades y los riesgos con los cuales nos enfrentamos en este ambiente. Seguramente, aquí se abre un vasto campo para la acción pastoral de la Iglesia. Debemos por lo tanto defendernos como cristianos de las visiones catastróficas y apocalípticas del mundo digital. Según el Papa Francisco esto puede llevar a una peligrosa parálisis de la inteligencia y de la voluntad. La “conversión misionera”, a la cual invita el Papa a toda la Iglesia, consiste también en reconocer los caminos de esperanza dentro de este mundo nuevo, donde aún queda mucho por descubrir.  En síntesis, comprender, discernir y actuar en consecuencia: este es el camino que nuestra Asamblea plenaria desea proponer a los fieles laicos en este campo tan decisorio para el futuro de la humanidad.

Pregunta: Cuanto se puede confiar en el mensaje evangélico que viaja por Internet a menudo sin mediación y sin posibilidad de verificación?

Rylko:  Al formular esta pregunta, usted en cierta forma ya nos ha dado la respuesta…. El anuncio evangélico necesita de una mediación personal y de autenticas verificaciones que no siempre encontramos en la red.  Evaluar el éxito  de una iniciativa evangelizadora, considerando el número de “contactos”, de “amistades en Facebook”, de “followers”, sería un error verdaderamente catastrofal.  Por otro lado es verdad que la red puede convertirse en un instrumento de transmisión del Evangelio en un radio muy amplio.  En estos momentos ya la mayoría de las diócesis, de las parroquias, de las asociaciones y de movimientos tienen un sitio propio en Internet. Y el mismo Papa Francisco nos urge en este sentido, cuando nos pide:  que seamos capaces de llevar a Cristo también en este campo, o mejor dicho de llevar al encuentro de Cristo.  De caminar con el peregrino existencial, pero como caminaba Jesús con aquellos de Emaus, ganando corazones invitándoles a encontrar a su Señor. No debemos olvidar, sin embargo que el encuentro con Cristo es un encuentro personal y aun hoy continua siendo fundamental el anuncio del Evangelio “de persona a persona”. Los medios tecnológicos, por más importantes que sean, no son suficientes, porque ante Dios cuentan sobre todo las personas…. Sería un gravísimo error querer delegar la tarea misionera tan solo a los medios tecnológicos, aunque fuesen potentes, como la red. Cristo  confía su mandato misionero a cada uno de nosotros personalmente y este es un deber importante y fundamental, que no podemos evadir.

Pregunta: Internet es un lugar a menudo lleno de oportunidades pero también de peligros ocultos.   Como sensibilizar y concienciar a aquellos laicos que se encuentran fuera de las redes de los movimientos organizados de la Iglesia?

Rylko: Tal como hemos dicho, en la red no faltan peligros e insidias y por eso es necesaria una amplia campaña de sensibilización y de educación. Y que quede claro, educar no significa espantar con perspectivas terroríficas y desalentar el uso de Internet. Es necesario en cambio educar – ya sea en la escuela o en la familia – a la utilización correcta de esta herramienta: explicar cómo y cuándo utilizarla, ayudar – sobre todo a las generaciones jóvenes – a elegir  bien. Hace falta hacer todo lo posible  para que este medio se convierta en un instrumento de crecimiento personal – también en la fe! Y no un factor destructivo de las personas.  Y aquí se abre un espacio amplio para la acción educativa de las comunidades eclesiales, de asociaciones, de movimientos…. Como decíamos merecen una atención particular los jóvenes – los “nativos digitales”  que son los más expuestos a los influjos devastadores de la red, sobre todo en cuanto se refiere a la dependencia compulsiva de Internet (hay quienes permanecen delante de la pantalla más de 5 horas al dia). Se de una interesante campaña dedicada precisamente a los jóvenes basada en el slogan: “Desconéctate de la red para conectarte a la vida”.  Hoy necesitamos contar con un área especial de pastoral en la red, o mejor dicho de una pastoral del pueblo de la red.

Pregunta: En definitiva, cual puede ser el rol de los laicos en cuanto a administrar de manera virtuosa la transmisión de la fe en la era digital?


Rylko: Creo que hoy esta es una de las prioridades del apostolado de los laicos: son ellos los verdaderos ciudadanos del mundo digital y no pocos de ellos son verdaderos expertos en la materia. Lo importante es que aprendan a habitar este mundo sin perder su propia identidad cristiana y sin renunciar a tener viva aquella “fantasía misionera” de buscar siempre caminos nuevos para testimoniar la belleza de ser discípulos de Cristo. El beato Juan Pablo II nos alentaba: “No tengáis miedo de las nuevas tecnologías! Están entre las cosas maravillosas – “Inter mirifica” – que Dios ha puesto a disposición para descubrir, usar, hacer conocer la verdad, también la verdad sobre nuestra dignidad y sobre nuestro destino de hijos suyos, heredados de su Reino eterno. No tengáis miedo de la oposición del mundo! Jesús nos ha asegurado “Yo he vencido al mundo!”

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